El alcalde de Carnac (Morbihan), vilipendiado en las redes sociales tras la destrucción de menhires cuyo valor se debate en una zona comercial, anunció el domingo que la iglesia de Saint-Cornély, clasificada como monumento histórico, había sido etiquetada.
“Me imagino que los implacables protectores del patrimonio que piden mi muerte y queman mi casa, atacan a mi familia, son los mismos que esta noche marcaron y profanaron una joya del siglo XVI, nuestra iglesia de Saint-Cornély”, denunció el su página de Facebook Olivier Lepick. “Creo que fue Albert Einstein quien dijo que las únicas dos cosas que eran infinitas eran el universo y la estupidez humana. Estoy profundamente triste”, agregó Lepick, quien también publicó mensajes de odio en su cuenta.
Según las imágenes difundidas, en el pórtico de la iglesia aparece una etiqueta “A rapar todo como los menhires”.
Olivier Lepick dijo el viernes a la AFP que su casa había sido puesta bajo la protección de la gendarmería luego de amenazas e insultos. Un arqueólogo aficionado de Carnac había afirmado a principios de junio en una publicación de blog que alrededor de cuarenta pequeños menhires habían sido destruidos en un sitio de construcción de una tienda de bricolaje.
Reaccionando a la emoción suscitada por esta destrucción, la Dirección Regional de Asuntos Culturales (Drac) de Bretaña subrayó el «carácter aún incierto y en todo caso no importante de los restos» encontrados durante las excavaciones preventivas de 2015. El alcalde había atestiguado por su En parte, «cumplía perfectamente con la legislación» y también invocaba «el escaso valor arqueológico» de los objetos encontrados.
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El 13 de mayo, fue en esta misma iglesia ubicada en la localidad turística de la costa bretona donde varias decenas de manifestantes cercanos a la organización católica fundamentalista Civitas habían impedido la celebración de un concierto de un organista estadounidense. Dos personas serán juzgadas en marzo de 2024 por vulneración de la libertad de expresión y violencia dolosa.