Gran decepción para el clan Cadillac en Le Mans. El Hypercar conducido por Sébastien Bourdais se vio obligado a detenerse en el Mulsanne justo después de que la tripulación acababa de marcar un excelente tercer tiempo durante la Hyperpole. Al salir de su automóvil humeante y en llamas, Bourdais pareció molesto por la lentitud con la que intervino la asistencia en carretera para apagar el incipiente incendio. Este incidente provocó una bandera roja y una neutralización de la sesión. Los dos Ferrari habían marcado los dos mejores tiempos de vuelta unos minutos antes.