Australia restauró oficialmente este 7 de junio su nombre aborigen, K’gari, a una gran isla frente a su costa este clasificada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y nombrada Isla Fraser durante la época colonial. «Estoy orgullosa de que podamos oficialmente (…) restaurar el nombre que usaron los dueños tradicionales de la isla durante tantos años», dijo la primera ministra de Queensland, Annastacia Palaszczuk. Se llevó a cabo una «ceremonia de humo» para marcar el cambio de nombre.
La isla atrae a más de medio millón de turistas cada año. K’gari significa «paraíso» en el idioma de los aborígenes Butchulla. Debe su nombre colonial a James Fraser, un capitán británico cuyo barco encalló en la isla en 1836. Con 122 km de largo y la isla de arena más grande del mundo, la isla fue catalogada como Patrimonio de la Humanidad en 1992. por su «majestuosidad restos de grandes selvas tropicales creciendo sobre la arena» y porque tiene «la mitad de los lagos de dunas de agua dulce colgados del mundo», según la Unesco.
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También conocido por sus manadas de dingos, perros salvajes, solo está separado de Australia continental por un estrecho de un kilómetro. La Sra. Palaszczuk dijo que el cambio de nombre era un gesto más hacia la reconciliación en la sociedad australiana. Cada vez es más común que los australianos utilicen nombres aborígenes para designar lugares. El famoso monolito del medio país, Ayer’s Rock, se conoce cada vez más como Uluru. Del mismo modo, ya no es raro escuchar que se hace referencia a Melbourne con el nombre aborigen Naarm.
Los aborígenes ahora representan alrededor del 2% de los 26 millones de habitantes de Australia. Han vivido en Australia durante unos 65.000 años, pero han sido objeto de diferentes formas de discriminación, opresión y expolio desde el comienzo de la colonización británica en el siglo XVIII. Siguen hoy afectados por una mayor pobreza, una esperanza de vida más baja y una tasa de encarcelamiento más alta que la de la mayoría de los australianos. Este año se va a celebrar un referéndum en Australia sobre la inclusión en la Constitución del derecho de los aborígenes a ser consultados sobre los asuntos que les afectan.