Problemas de etiquetado, menciones infundadas, prácticas comerciales engañosas: los aceites de oliva comercializados en Francia tienen «una tasa de anomalías aún demasiado alta», indicó el miércoles la represión del fraude (DGCCRF), sobre la base de los controles realizados en Francia 2021. La DGCCRF dijo quería mantener la «vigilancia activa» del sector, ya objeto de varias investigaciones, debido a un índice de incumplimiento que «todavía sigue siendo muy alto», precisó en un comunicado.
De los 211 establecimientos controlados (productores, distribuidores y minoristas, etc.) en los principales departamentos productores y en Île-de-France, el 39 % presentaba anomalías. Y la tasa de anomalía supera el 80% para los 130 productos analizados con el objetivo de determinar las categorías de aceite de oliva, su procedencia o la presencia de aceites mixtos.
Entre los problemas encontrados, la represión del fraude cita en particular la revalorización de los aceites de oliva vírgenes a vírgenes extra, los defectos de etiquetado relativos al origen o a la entidad productora, la presencia de plaguicidas no autorizados en agricultura ecológica, las anomalías relativas a las declaraciones nutricionales, la no -cumplimiento de disposiciones relativas a la información al consumidor, como la fecha de caducidad por ejemplo, o incluso prácticas comerciales engañosas.
Estas anomalías dieron lugar a cuatro informes penales, 17 medidas cautelares para volver a cumplir con la información de etiquetado y 65 advertencias. Según la DGCCRF, en Francia se consumen cada año unas 110.000 toneladas de aceite de oliva.