El presidente de Colombia, Gustavo Petro, se vio directamente implicado este lunes en el escándalo de chantaje, escuchas telefónicas ilegales y detector de mentiras que involucra a dos de sus familiares, tras haber abierto la comisión electoral una investigación sobre la financiación de su campaña. Grabaciones del exembajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, uno de los actores del escándalo que fue destituido de su cargo la semana pasada por el Sr. Petro, sumó este fin de semana un nuevo episodio a este escándalo en forma de telenovela con cajones.
Según su transcripción del domingo por el semanario conservador Semana, Benedetti amenazó a la jefa de gabinete del presidente Laura Sarabia -también destituida de su cargo- con revelar supuesto financiamiento ilegal de la campaña electoral del candidato Petro por una suma de 3,5 Millón de dólares. “Laura (…) Todos vamos a caer. Todos hemos terminado. Todos vamos a la cárcel (…) Con toda la mierda que sé, estamos todos jodidos, si me jodes, te jodo” (sic), declara el exdiplomático en estas grabaciones llenas de insultos donde el ‘no escuchamos su interlocutor
Viejo mochilero en la política colombiana, Armando Benedetti jugó un papel clave en la victoria del primer presidente de izquierda en la historia del país en el verano de 2022. Afirmó en Twitter que sus audios «fueron manipulados» y pidió disculpas al Sr. Petro, pero no negó su autenticidad. «Es claro que hay una campaña para desacreditarme (…) con el objetivo de descalificar lo que pueda decir en el futuro», agregó.
Tras estas revelaciones, en uno de todos los medios nacionales, la Comisión Nacional Electoral (CNE) anunció la apertura de una investigación preliminar, y citó para el 13 de junio a los dos protagonistas del asunto, el señor Benedetti y la señora Sarabia. El CNE también solicitó al semanario Semana los audios completos.
“Ningún miembro del gabinete de gobierno, ni director o comandante de las fuerzas de seguridad, ni director de los aparatos de inteligencia ha ordenado interceptaciones telefónicas, ni allanamientos ilegales, ni aceptado chantajes sobre cargos o contratos públicos, ni recibido dinero en campaña de personas vinculadas a los narcotraficantes”, defendió el Sr. Petro en Twitter el lunes.
“No acepto chantajes ni veo la política como un espacio para favores personales”, agregó, expresando su solidaridad con Sarabia bajo “enorme presión”. “Creo entender lo que está pasando por la mente de Armando Benedetti, acepto sus disculpas, pero debe explicar sus palabras a la fiscalía y al país”, continuó el señor Petro.
Su vicepresidenta, Francia Márquez, y varios miembros de su gabinete han salido a defenderlo. “Podríamos esperar que la derecha no se quedara de brazos cruzados observando cómo gobernamos Colombia hacia el cambio”, comentó la Sra. Márquez.
El señor Benedetti y la señora Sarabia, entre los colaboradores más cercanos del presidente Petro, son los protagonistas de este escándalo, que se originó en el robo de una importante suma de dólares de la casa de la señora Sarabia. Este último, por sospechar de una empleada doméstica (asesorada por el señor Benedetti), le había impuesto un interrogatorio con detector de mentiras en un anexo de la presidencia. La fiscalía también sospecha que el exjefe de gabinete ordenó las escuchas telefónicas al pasar al ama de llaves por cómplice de un narcotraficante.
A través de su abogado, la Sra. Sarabia aseguró el lunes que respondería “a todas las demandas de la justicia”, pero que “se defendería de todos los ataques escandalosos y humillantes” del Sr. Benedetti. Tras la publicación de las grabaciones de Benedetti, la Cámara de Representantes anunció el lunes la suspensión de las discusiones sobre las reformas que el gobierno ha estado tratando de impulsar durante meses.
“Las discusiones sobre las reformas están congeladas hasta que podamos reconstruir la coalición de gobierno (…) Discusiones tan importantes (…) no pueden ser trastornadas por factores externos”, declaró el vocero de la Cámara baja, David Racero, partidario del presidente Petro.
Once meses después de su elección al frente del país, Gustavo Petro enfrenta muchas dificultades para que sus reformas sean aprobadas en el Parlamento, o incluso en su ambicioso plan de “paz total” con los grupos armados prometido al país. Reorganizó su gobierno a finales de abril, mientras que su coalición en el Parlamento con los centristas y los liberales se disolvió.