Le Figaro Burdeos

Con sólo 16 años, Baptiste Marie decidió emprender un desafío deportivo en bicicleta. El 19 de abril, en un día, tiene previsto recorrer en bicicleta los 331 kilómetros que separan Burdeos (Gironda), su ciudad, y Saumur. Su objetivo: apoyar en la lucha a su tío y a su primo, ambos enfermos de cáncer y que viven en Saumur, en Maine y Loira. El primero, de unos cincuenta años, todavía lucha por superar su tumor cerebral. El segundo, afectado por la enfermedad cuando tenía 6 años, está en remisión. Objetivos: apoyarles en sus luchas y recaudar fondos para financiar la investigación contra el cáncer.

“Creo que es su manera de vivir estas diferentes etapas por las que pasan nuestras familias”, confiesa su padre, Christophe Marie, a Le Figaro. El padre de familia, que anima a su hijo en su camino, tiene previsto seguir su viaje en coche para animarle y “garantizar su seguridad”. Varios amigos del adolescente también deberían acompañarlo para filmar y comentar la retransmisión en directo de su hazaña deportiva en la plataforma Twitch.

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Este proyecto nació de una conversación telefónica entre los dos primos. “Le dije, riendo, que iba a ir a su casa en bicicleta, luego por la noche lo pensé y decidí lanzar este proyecto”, explica Baptiste Marie a Le Figaro. Para el estudiante de secundaria que ha elegido arriesgarse, vivir y atreverse, la principal preocupación sigue siendo el tiempo que le espera el día de la gran aventura. “Si llueve, andaré en bicicleta bajo la lluvia. Los 331 kilómetros no me asustan, pero sí el tiempo y los imprevistos”, confiesa simplemente el joven, que ni siquiera es aficionado al ciclismo y prefiere la natación.

Con su juventud, Baptiste Marie espera que su acción encuentre una buena respuesta en Internet. La huella que mantendrá en las redes sociales ya está respaldada por unas prendas personalizadas, cuyos beneficios piensa donar a la causa que defiende. El 19 de abril, la salida está prevista a las 8 de la mañana y la llegada, 331 kilómetros más adelante, a las 23 horas, si su cuerpo se lo permite. El adolescente que se entrena para ello (y que acaba de batir su último récord al recorrer 150 kilómetros sin parar) prevé hacer sólo dos descansos durante su viaje. Un sueño que se ha convertido en un proyecto que ya empieza como un pequeño paso en la lucha contra el cáncer y un gran paso para el adolescente.