El Festival de l’Imaginaire de París, hasta ahora organizado en otoño, tiene lugar por primera vez en primavera: su 26ª edición tiene lugar hasta el 11 de junio en la capital y en los suburbios cercanos, siempre en cartel con formas tradicionales espectaculares pocas veces presentadas. en Francia.

Este año, los músicos, actores, bailarines, chamanes son malgaches, uigures, malayos, martiniqueños, guatemaltecos, kosovares, coreanos. Proceden del archipiélago de las Mascareignes (formado por Mauricio, Reunión y Rodrigues) o de las costas atlánticas de América Central. Son los representantes de herencias culturales aún vivas dentro de comunidades a menudo muy pequeñas, que logran preservar sus tradiciones en un mundo globalizado.

El director del festival, Cédric Taurisson, cita el ejemplo del Ensemble Garinagu Wagia, intérprete de la música de los garífunas, poseedores de una herencia africana asentada en parte de las costas atlánticas de Centroamérica como el reggae para Jamaica. “Al pueblo de donde proviene este grupo, Livingston (en Guatemala, nota del editor), solo se puede acceder por barco. Este relativo aislamiento, en algún lugar, los protege y garantiza cierta autenticidad”, explica Cédric Taurisson. «Incluso si, no nos engañemos, ya no hay un lugar en el planeta que esté totalmente aislado del resto del mundo hoy».

Las mujeres también estarán muy presentes durante esta edición. «Significa muchas cosas en muchas sociedades patriarcales, donde algunas mujeres han logrado sacudir el orden establecido», dice Cédric Taurisson. Nadjiyé Bututchi, hasta la fecha la única mujer que participa en el sofrat, las representaciones públicas de esta música tradicional de Kosovo, es el ejemplo perfecto. Otras formas espectaculares están vinculadas a rituales, como el Main Puteri del norte de Malasia, un ritual de curación.

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El Festival intenta en la medida de lo posible recuperar el espíritu y la filosofía de esta música. La música tradicional coreana interpretada por el grupo Namureyoung está, por ejemplo, pensada para ser tocada en medio de la naturaleza, para estar en armonía con ella. Por lo tanto, la formación se producirá en los jardines parisinos. La tradición también se está abriendo a tecnologías más contemporáneas. Así será durante el encuentro entre el malgache Justin Vali, ejecutante de valiha (instrumento de cuerda malgache), y el diseñador Jacek Wozniak (que trabaja en particular en el Canard Enchaîné), cuyas obras dibujadas en vivo se proyectarán durante el recital, con el tema del baobab.