Decenas de vuelos cancelados, clientes exasperados y conexiones perdidas… En los últimos meses, múltiples huelgas han causado estragos en los aeropuertos franceses. En particular, las movilizaciones de los controladores aéreos, quienes no están sujetos a las mismas reglas que sus colegas.

De hecho, cuando están en huelga, no están obligados a declararse con 48 horas de antelación, como sí deben hacerlo otros profesionales aéreos o ferroviarios. La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) debe entonces recurrir al servicio mínimo y cortar vuelos, sin conocer el número de huelguistas. La mayoría de las veces, la organización cancela más vuelos de los necesarios, alrededor del 30% por día de huelga. Esta organización no excluye las cancelaciones de última hora, cuando faltan los controladores aéreos.

Esto es particularmente lo que sucedió en Orly el 11 de febrero, a las 13 horas, con varios controladores aéreos en huelga, que no habían dado aviso. Luego, las compañías se adaptaron con urgencia, eliminando 25 llegadas y 22 vuelos que salían del aeropuerto de París. “Las huelgas de los controladores aéreos tienen un impacto muy fuerte en el tráfico aéreo, incluso con pocos huelguistas”, señala el senador de la UDI Vincent Capo-Canellas, antes de agregar que “todas las demoras que genera el conflicto en las pensiones representan dos millones de minutos” o más. de 33.333 horas de interrupción para los pasajeros.

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“Incluso para los controladores aéreos, este sistema está al límite, con más de 40 días de servicio mínimo implantados desde principios de año”, completa el senador. Este último ha presentado así un proyecto de ley, que se debatirá el 15 de junio en el Senado, «en relación con el derecho de huelga» para «añadir la obligación de declararse huelguista con 48 horas de antelación». Para Vicente Capo-Canellas, “esto permitirá asegurar mejor el servicio mínimo y los controladores sabrán dos días antes que están obligados”. Por su parte, la DGAC podrá “reducir el tráfico en proporción al número de huelguistas”.

Esta propuesta ya había sido presentada ante el Hemiciclo, en 2018, por el senador independiente Joël Guerriau: «Es necesario garantizar la continuidad del servicio público sometiendo el derecho de huelga de los controladores aéreos a un sistema de notificación previa de 48 horas». como es el caso de todas las demás profesiones en el mundo de la aviación». El pasado mes de febrero, en el Senado, también subrayó “que entre 2010 y 2016 se perdieron unos 12.000 millones de euros por bloqueos” y que “Francia estaba en el origen del 97% de las interrupciones aéreas dentro de la Unión Europea”.

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Las aerolíneas también se ven afectadas por estas huelgas. Desde principios de año, “las movilizaciones del control del tráfico aéreo han obligado a Ryanair a cancelar más de 4000 vuelos, principalmente sobre Francia”, subraya la compañía. Para mostrar su disgusto, lanzó una petición hace nueve semanas pidiendo a “Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, que tome medidas para proteger a los pasajeros y vuelos de la Unión Europea”. La petición tiene actualmente más de un millón de firmas. La A4E, la asociación de aerolíneas europeas, también teme “que la escalada de los conflictos sociales pueda descarrilar los viajes de verano de millones de pasajeros”.

Por su parte, el gobierno francés había pedido a la DGAC el pasado mes de febrero “que realice negociaciones internas con los sindicatos, para examinar cómo anticipar mejor y, si es necesario, activar mejor el servicio mínimo”. El ministro de Transportes, Clément Beaune, había mencionado entonces que “no está prevista en la ley, además del servicio mínimo, una obligación de declaración previa” para la huelga. El próximo 15 de junio, el senador Vincent Capo-Canellas volverá a confrontar al ejecutivo sobre esta cuestión. Queda por ver si cambia de opinión, especialmente con la proximidad de un verano muy ocupado en el transporte aéreo.