Desde la invasión de Ucrania, “un vals de cuatro pasos ha estado sonando para muchas materias primas, arrojadas entre crisis geopolíticas y sanitarias”, observa Yves Jégourel, codirector del informe Cyclope y especialista en materias primas. La guerra y sus inicios generaron zozobra y provocaron que los precios de los metales básicos se dispararan hasta principios de marzo”.
Entonces el mercado se dio cuenta de que Occidente no impondría sanciones a Moscú sobre las materias primas, lo que, sumado a las dudas sobre el crecimiento global, la subida del dólar y la inflación, hizo que los precios se desplomaran hasta octubre. “Entonces volvió la esperanza, entre la percepción de una moderación en las subidas de tipos y la reapertura de China. En febrero se invirtió el movimiento: los mercados volvieron a caer”, resume el economista.
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Para muchas materias primas, este confuso año 2022 finalizó “en niveles equivalentes, o incluso inferiores, a los de enero”, apunta la edición de Cyclops 2023. La palma de la subida se la lleva, como era de esperar, el gas natural, del que Europa, en buena medida privada. Las exportaciones de Rusia, hasta entonces su principal proveedor, fueron a buscar precios elevados a Estados Unidos en forma de gas natural licuado (GNL) transportable. A raíz de la crisis energética vinculada a la invasión de Ucrania, la electricidad y el carbón se han disparado. El litio, un producto esencial para la economía verde, en particular para los vehículos eléctricos, vio su precio duplicarse durante el año.
La trayectoria de los precios de los metales es bastante homogénea, hay mucha inestabilidad de precios y volatilidad, y esto debería continuar en los próximos meses, anticipa Yves Jégourel. Para 2023, CyclOpe predice disminuciones medidas para la mayoría de los productos básicos. Sobre todo porque, centrados en los riesgos geopolíticos, los mercados no tienen en cuenta las perspectivas a largo plazo de los materiales críticos mientras que, según la Agencia Internacional de la Energía, la demanda de cobre, por ejemplo, debería multiplicarse por 2 o por 3 para 2040. y la del litio en 40. A menos que la innovación disruptiva sea poco probable, el litio debería seguir siendo un componente clave no sustituible de las baterías recargables durante los próximos veinte años. El año 2022 también ha sido propicio para la inversión: el presupuesto global dedicado a la exploración de este recurso mineral casi se ha duplicado entre 2021 y 2022, al pasar de 250 millones a 470 millones de dólares, según la agencia S.
En este contexto tan incierto, la forma en que Europa asegura sus suministros de metales críticos es fundamental. Se han lanzado muchos proyectos, incluida la Ley Europea de Materias Primas Críticas de la Comisión Europea en marzo de 2023, señalan los autores de CyclOpe. Pero, “con estos mercados globales tan inestables, se necesitan políticas flexibles”, insisten. Aunque solo sea para enfrentar a China. El productor más grande del mundo de muchos minerales y metales críticos no permitirá que sus competidores desarrollen estrategias sin reaccionar. «Beijing probablemente buscará bajar los precios en el corto plazo y luego subirlos», pronostica Yves Jégourel. Sin embargo, “la bajada temporal y artificial de los precios puede penalizar a los operadores occidentales tanto como su subida. Puede socavar los modelos comerciales de las actividades mineras y de reciclaje estadounidenses o europeas”. Por esta razón, los industriales occidentales deberían centrarse en gestionar la volatilidad intrínseca de los precios de los metales, y no solo su apreciación a largo plazo, recomienda CyclOpe.