Ocho años después, el australiano Michael Matthews volvió a la victoria en la Vuelta a Italia al imponerse el lunes en la tercera etapa en la que Remco Evenepoel arrebató el segundo puesto a su rival Primoz Roglic. En esta etapa de transición de 216 km entre Vasto y Melfi, el corredor de Jayco-Alula ganó en el sprint por delante del danés Mads Pedersen y su compatriota Kaden Groves.

Los tres hombres habían conseguido mantenerse en el primer grupo del pelotón tras las dos subidas de la jornada, situados a unos treinta kilómetros de la meta, a diferencia de otros «muslos gordos» como el británico Mark Cavendish, estrenado. Para Matthews, de 32 años, esta es la décima victoria de etapa en una Gran Vuelta. Ha ganado en todas partes, cuatro veces en el Tour de Francia, tres veces en la Vuelta y ahora otras tantas en el Giro, ocho años después de su último éxito en las carreteras italianas, en 2015.

“No tengo palabras, estos últimos tres meses han sido difíciles. Alors gagner une étape, c’est exceptionnel, c’est plus que j’aurais pu imaginer», a souligné le vétéran australien, qui a validé l’énorme travail de son équipe lors de cette journée où la pluie a fait son apparition pour la primera vez.

Los líderes de la clasificación general han vivido, como era de esperar, una jornada tranquila, al igual que Remco Evenepoel, de nuevo muy relajado. Pero, después de que los corredores de Astana le ofrecieran… un huevo poco después de la salida, el belga salió repentinamente de su box para ganar el último sprint intermedio y embolsarse tres segundos de bonificación, contra dos de Roglic, en su rueda. “Quería estar al frente por la lluvia y no dejar que Primoz hiciera las bonificaciones solo. No me costó mucha energía, siempre es bueno tomarlo, sobre todo después de un día tan fácil”, comentó.

En la clasificación general, el campeón del mundo cuenta ahora con 32 segundos de ventaja sobre el portugués Joao Almeida y 44 sobre su rival esloveno, tercero. Filippo Ganna y Brandon McNulty desaparecen del Top 10. Durante una etapa larga y aburrida, se hizo una primera selección en las dos subidas sucesivas de Monticchio (6,3 km al 6,4% de media) y Valico La Croce (2,6 km al 7,6%), sobre treinta kilómetros de la meta.

Aquí es donde Thibaut Pinot se mostró por primera vez en este Giro. El francés, muy retrasado en el prólogo y que perdió otros 19 segundos en una escapada del domingo, fue a por los puntos de montaña al esprintar hasta la cima de las dos dificultades del día para enfundarse el maillot azul de mejor escalador. Sucede a otro francés, Paul Lapeira, que lo lució el lunes.

El martes, partiendo de Venosa, el camino ascenderá por una etapa de media montaña compuesta por tres puertos a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar, entre ellos la llegada a la cumbre del Lago Laceno, tras un ascenso de 9,6 km al 6,2% de media. Esta es la etapa a la que apunta Remco Evenepoel para soltar el maillot rosa de líder gracias a una escapada, para no desperdiciar demasiadas energías defendiéndolo. Pero si no sale según lo previsto, no importará, ya ha anunciado el belga que considera a su equipo lo suficientemente fuerte como para soportar el peso de la carrera.