El crecimiento del PIB francés debería alcanzar el 0,2% en el segundo trimestre, como en el primero, dijo el INSEE el viernes, confirmando su estimación anterior. “El exceso de crecimiento para 2023 ascendería al 0,5% al cierre del segundo trimestre”, detalla el INSEE en su último informe económico. En otras palabras, incluso si el crecimiento fuera cero en la segunda mitad del año, Francia aún registraría un aumento de medio punto porcentual en su producto interno bruto en 2023.
Después del 2,6 % en 2022, el gobierno espera un crecimiento del PIB del 1 % en 2023, una previsión superior a las de la Banque de France (0,6 %) y el Fondo Monetario Internacional (0,7 %). La debilidad de la actividad económica se explica, en particular, por la atonía del consumo de los hogares, tradicional motor del crecimiento francés. “En el segundo trimestre de 2023 (…) el consumo de bienes, incluido el consumo de alimentos en particular, debería seguir retrocediendo, mientras que el de servicios debería volver a aumentar ligeramente y el gasto energético debería seguir repuntando”, anticipa el INSEE en su memorándum.
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Las huelgas del primer trimestre contra la reforma de las pensiones «no parecen, sin embargo, haber tenido un efecto significativo sobre el consumo, excepto probablemente sobre el del transporte ferroviario», aún señalan los estadísticos. En cuanto a la inflación, que subirá en 2022 a niveles no vistos desde la década de 1980, el INSEE prevé que el índice de precios al consumidor aumente un 5,7% anual en mayo y un 5,4% en junio, tras llegar al 5,9% en abril y más del 6% en los últimos meses.
La inflación de los precios de los alimentos es la principal culpable de que la inflación se mantenga alta: en abril habría aportado «un 40% a la inflación, mientras que representa «solo» un 16% de la canasta de consumo promedio de los hogares.
Para junio, “los precios al consumidor de los productos alimenticios mantendrían un ritmo de aumento sostenido (entre 15 y 16% en un año)”, anticipa el INSEE, incluso si una posible reapertura de negociaciones comerciales entre distribuidores e industrias agroalimentarias podría conducir a una «desaceleración posterior». En el segundo trimestre, el comercio de Francia con otros países “podría apoyar ligeramente” el crecimiento, mientras que la inversión empresarial seguiría desacelerándose y la de los hogares descendiendo.