Le Figaro Burdeos
Para la izquierda y los ambientalistas, esta es una propuesta que no pasa. Durante su declaración de política general, el Primer Ministro Gabriel Attal anunció su deseo de “evolucionar” la normativa sobre vivienda social. En reacción, el alcalde de Burdeos, Pierre Hurmic, y varios concejales, entre ellos Anne Hidalgo, alcaldesa de París, y Grégory Doucet, alcalde de Lyon, le escribieron una carta abierta para expresarle su “muy profunda preocupación”.
Adoptada en 2000 y reforzada en 2013, la ley de solidaridad y renovación urbana (conocida como ley SRU) estipula que los municipios de más de 3.500 habitantes deben disponer del 25% de las viviendas sociales de aquí a 2025. Una cuota que incomoda a algunos cargos electos, en particular en la Costa Azul, que prefieren pagar fuertes multas antes que construir HLM. Gabriel Attal propuso el martes incluir viviendas intermedias, “accesibles a la clase media”, en este 25% de las viviendas sociales. Una medida percibida por el sindicato social de la vivienda como un “desmantelamiento” de la ley.
Para Pierre Hurmic y los firmantes de esta carta, la ley SRU “aún no ha producido plenamente los frutos esperados” y “la lucha contra las divisiones sociales y geográficas” es “una lucha que se desarrolla a largo plazo y para la cual se deben realizar esfuerzos masivos”. debe ser desplegado continuamente. Sin embargo, consideran que “romper el termómetro no es la solución adecuada”, recordando que “la clase media tiene derecho a una vivienda social”, pero no tiene acceso a ella debido a la dificultad de obtener “un precio sostenible para la vivienda”. terrenos necesarios para la producción de estas nuevas viviendas”.
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Según alcaldes y presidentes de metrópolis, la vivienda intermedia “satisface las necesidades de otra parte de la población”, con ingresos más elevados. Esto, sin embargo, presentaría varias desventajas en comparación con las viviendas sociales, porque “no está dirigida a la clase media” y no garantiza “una oferta asequible a largo plazo” (ya que estas viviendas pueden “revenderse sin restricciones”) . En definitiva, incluir este tipo de viviendas en el cómputo de la vivienda social “sería un gran error político”, según ellos. Estos cargos electos solicitan al gobierno varias medidas, entre ellas el apoyo a la renovación de las viviendas sociales existentes y la posibilidad de movilizar terrenos estatales, sin límite de descuento, para crear viviendas sociales.
La revuelta liderada por Pierre Hurmic fue, sin embargo, duramente criticada por sus oponentes en Burdeos. “Exigir no ser alcalde constructor, no invertir 1 euro más en vivienda social desde el inicio de su mandato, añadir estándares locales a los estándares nacionales y al final no respetar los objetivos de la ley SRU. Acciones antes de las lecciones Pierre Hurmic”, afirmó Thomas Cazenave, representante municipal de la oposición (Renacimiento), en X (ex-Twitter). El ex alcalde de Les Républicains, Nicolas Florian, considera que “Pierre Hurmic pretende dar una lección a todos”, mientras que “la producción de viviendas sociales se ha derrumbado en Burdeos desde 2020”.