Corea del Norte rechazó el viernes el llamado del G7 a «abstenerse» de cualquier nueva prueba nuclear o lanzamiento de misiles balísticos, reafirmando que su estatus como potencia nuclear es «final e irreversible». El ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Norte, Choe Son Hui, denunció una declaración «extremadamente intervencionista» del G7 y dijo que las siete mayores potencias económicas del mundo están atacando «maliciosamente» «el ejercicio legítimo de la soberanía» de su país.

“La posición de la RPDC (República Popular Democrática de Corea, nota del editor) como potencia nuclear de clase mundial es definitiva e irreversible”, martilleó Choe Son Hui en un comunicado publicado por la agencia oficial de noticias KCNA. Para el ministro, el “G7, un grupo cerrado de un puñado de países egoístas, no representa (en cierto modo) a la comunidad internacional de manera justa, sino que sirve como herramienta política para asegurar la hegemonía de Estados Unidos”.

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Unos días antes, los ministros de Relaciones Exteriores del G7 habían instado a Pyongyang a “abstenerse de cualquier otra acción desestabilizadora o provocativa” y lo habían instado a “abandonar completamente, verificable e irreversiblemente las armas nucleares”. La puerta a cualquier negociación sobre el desarme de Corea del Norte, a fortiori tras las declaraciones de Choe Son Hui, parece por tanto definitivamente cerrada.

Pyongyang ha aumentado recientemente sus pruebas de misiles balísticos y ya había anunciado el año pasado que su condición de potencia nuclear era «irreversible». Washington y Seúl han reforzado su cooperación militar y multiplicado maniobras conjuntas a gran escala en la región, lo que ha provocado la ira del Norte, que considera estos ejercicios como ensayos generales para una invasión de su territorio.