Túnez rechazó con firmeza el miércoles las preocupaciones, expresadas en particular en Europa, tras la detención del opositor islamista Rached Ghannouchi, calificándolas de «inadmisibles».

El líder del partido Islamo-conservador Ennahdha y del antiguo Parlamento, Rached Ghannouchi, de 81 años, es el opositor más destacado detenido en Túnez desde el golpe de estado del presidente Kais Saied, quien tomó los plenos poderes en julio de 2021.

Su arresto el lunes se produjo después de declaraciones en las que dijo que Túnez estaría amenazado con una «guerra civil» si los partidos de izquierda o del Islam político como Ennahdha fueran eliminados allí. La Unión Europea, un socio clave de Túnez, dijo el martes que estaba siguiendo «con gran preocupación los últimos acontecimientos» en el país, citando el arresto de Rached Ghannouchi y el cierre de las instalaciones de su partido.

La UE también subrayó “el principio fundamental del pluralismo político”. Francia, por su parte, señaló que este arresto «forma parte de una preocupante ola de arrestos», recordando su «apego a la libertad de expresión y al respeto del estado de derecho». Para Estados Unidos, estos arrestos representan una «escalada preocupante».

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«Los arrestos de opositores y críticos por parte del gobierno tunecino son fundamentalmente contrarios a los principios que los tunecinos han adoptado en una Constitución que garantiza explícitamente la libertad de opinión, pensamiento y expresión», dijo el miércoles en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Vedant Patel.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Túnez afirmó en un comunicado de prensa publicado el miércoles por la noche en respuesta a las declaraciones francesas y europeas que «las leyes de la República se aplican a todos los litigantes sin excepción, con todas las garantías legales», y que «la justicia se ejerce con calma, sin ser influenciado por la ola de comentarios inapropiados e inaceptables».

Sostuvo que estos comentarios «solo pueden afectar los intensos esfuerzos del país para corregir una situación económica y financiera bajo gran tensión debido, en gran parte, a la mala gobernabilidad y al amateurismo que han caracterizado la última década» durante la cual el partido Ennahdha de Rached Ghannouchi desempeñó un papel político de primer orden.

El ministerio no explicó el vínculo que establece entre las preocupaciones expresadas sobre el estado de derecho y las libertades en el país y su situación económica. “Estas comunicaciones constituyen una injerencia inaceptable en los asuntos internos de Túnez por parte de partes que, sin embargo, están informadas sobre las realidades del país”, añadió el ministerio tunecino, subrayando nuevamente “la importancia de reiniciar la economía tunecina en las mejores condiciones posibles”. .

Túnez atraviesa una grave crisis político-económica que está empujando a muchos tunecinos a intentar llegar ilegalmente a Europa por mar arriesgando su vida.