Un exclérigo suní de alto rango, condenado en Irak por corrupción, escapó de una comisaría de Bagdad, dijeron este miércoles los servicios de seguridad, anunciando la detención de varios agentes y policías por su presunta complicidad.
Saad Qambach, exjefe de administración del Sunni Waqf, la institución que tradicionalmente gestiona los bienes comunitarios, los lugares de culto o los bienes civiles, fue detenido a finales de marzo acusado de malversación de fondos y despilfarro de fondos públicos, antes de ser condenado a cuatro años de prisión el 11 de abril.
El martes por la noche, pasadas las 22.00 horas (hora local), huyó de una comisaría de policía en Bagdad, «con la ayuda de tres personas» que lo esperaban detrás del edificio, confirmó Yehya Rassoul en un comunicado este miércoles, puerta – palabra. del Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas.
Una investigación ha encontrado “documentos y pruebas” que condujeron a la “detención de personas implicadas en la fuga y que facilitaron” la operación, añade la nota de prensa, que explica que estas detenciones se dirigieron a agentes y policías. Un total de ocho oficiales y 18 policías fueron arrestados, dijo a la AFP un funcionario del Ministerio del Interior, que habló bajo condición de anonimato.
En marzo de 2022, Saad Qambach fue destituido de su cargo como jefe de la administración del Waqf y degradado al rango de diputado, antes de ser arrestado un año después. En abril, un tribunal de Bagdad lo había condenado a cuatro años de prisión por la compra de un hotel por más de 36 millones de dólares «pese a la falta de rentabilidad económica», según la Autoridad Anticorrupción del Gobierno.
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En otros casos, también se le acusa de haber «malgastado dinero público» por valor de un millón de dólares al «inflar el precio de la construcción» de nuevos minaretes en la provincia de Salaheddine, al norte de Bagdad, pero también de «despilfarros administrativos y irregularidades financieras” en relación con un contrato firmado con una empresa japonesa para la construcción de la gran mezquita de Mosul (norte), según la misma fuente.
País rico en hidrocarburos, Irak está plagado de corrupción que se ha infiltrado en toda la maquinaria del Estado. Las condenas a menudo se dirigen a los niveles intermedios oa los simples ejecutantes, rara vez a la cima de la pirámide. El gobierno de Mohamed Chia al-Soudani insiste periódicamente en que la lucha contra la corrupción y la protección del dinero público son sus prioridades, multiplicando anuncios e iniciativas en este sentido.