Al menos 22 personas murieron a principios de esta semana en el sur de Chad en nuevos conflictos entre pastores nómadas y agricultores sedentarios, según las autoridades que el miércoles acusaron a los «rebeldes» de la República Centroafricana de haberlos iniciado.
El lunes, campesinos de la comunidad kodo atacaron campamentos de pastores fulani fulani en el departamento de Monts de Lam, a más de 600 kilómetros al sur de N’Djamena, dijo a la AFP el gobernador general Ahmat Dari Bazine de la provincia de Logone Oriental, contactado por teléfono. Asegura que los kodos son «rebeldes» chadianos asentados en República Centroafricana, cuya frontera es muy estrecha.
«Los kodos mataron a dos pastores fulani el lunes en su campamento e hirieron a otros seis, y perdieron a dos de los suyos» en la respuesta de los foulatas, continuó el gobernador. “Luego atacaron otra aldea donde mataron a cuatro habitantes indígenas antes de ser perseguidos por gendarmes. Estos últimos lograron, el martes, abatir a 14 de ellos”, detalla el general, que lamenta “al menos 22 muertos” en total. Estos ataques y su saldo fueron confirmados a la AFP por Hassan Khalil, primer fiscal adjunto de Baïbokoum, capital de Monts de Lam.
Los enfrentamientos, a menudo muy mortíferos, entre pastores musulmanes nómadas y agricultores indígenas sedentarios, en su mayoría cristianos o animistas, son muy frecuentes en esta región pero también en estas fértiles zonas fronterizas con Chad, Camerún y la República Centroafricana. Estos últimos acusan en particular a los primeros de saquear sus campos haciendo pastar a sus animales, o incluso asentándose en lo que consideran sus tierras.
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Pero esta vez, sin que sea posible comprobarlo por una fuente independiente, el gobernador acusa a los kodos de ser «rebeldes» chadianos atrincherados en República Centroafricana, para atizar estos conflictos ancestrales. “Esta nueva estrategia es mantenida a sabiendas por los kodos para crear problemas entre pastores y agricultores, musulmanes y cristianos”, asegura el general Dari Bazine.
Las autoridades de Chad y República Centroafricana se acusan regularmente de mantener en sus territorios las bases de sus respectivos rebeldes, que van a combatir a las fuerzas armadas al otro lado de una frontera muy porosa y que las diferentes comunidades no tienen en cuenta. cuenta en sus viajes.