Grandes palabras, grandes remedios. Ante la crisis sin precedentes que afecta a la agricultura ecológica, el Ejecutivo había dispuesto de urgencia 10 millones de euros. Una suma «que no está a la altura del desafío», según Arnaud Rousseau, el nuevo presidente de la FNSEA. Para el agroindustrial recién elegido al frente del primer sindicato agrícola francés, se necesitaría una cantidad de cinco a diez veces superior a la que puso sobre la mesa el pasado mes de enero el ministro de Agricultura Marc Fresneau. Se necesitaría un plan de ayudas «del orden de 50 a 100 millones de euros», estima.
“Es urgente ayudar a los productores ecológicos que actualmente se encuentran en una gran dificultad”, martillaba este viernes Arnaud Rousseau al micrófono de France Info. Para el presidente de la FNSEA, se necesita un “plan masivo” para ayudar a los agricultores orgánicos, como los implementados anteriormente. Hace dos años se concedieron 300 millones de euros a los viticultores afectados por las heladas, y el año pasado se destinaron 270 millones a los porcicultores.
El contexto inflacionario contribuye en gran medida a la crisis del sector orgánico. Con una inflación de alimentos del 16,3%, los consumidores priorizan el precio sobre la calidad. Por lo tanto, los productos orgánicos se descuidan porque «cuanto más verde es, más caro es», reconoce Arnaud Rousseau. De ahí el desajuste entre la producción orgánica francesa y la demanda de los consumidores. Por eso, para acabar con las graves dificultades económicas y el riesgo de desconversión de los agricultores ecológicos, es necesario “correlacionar el mercado con la demanda”, insiste el presidente de la FNSEA. «Saquemos a los agricultores orgánicos del lío en el que están metidos y luego podremos establecer metas ambiciosas».
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Porque el objetivo francés es alcanzar el 18% de las superficies agrícolas en orgánico para 2027. Sin embargo, el sector orgánico hoy ocupa solo el 10% del Área Agrícola Útil (SAU) francesa. “Si queremos lograr este objetivo, los productos deben venderse, los consumidores deben comprar estos productos”, enfatiza Arnaud Rousseau. Actualmente, los productos orgánicos representan solo el 6% del consumo francés. Un mercado de 13.000 millones de euros que aún podría decrecer por la inflación y las crecientes dudas sobre el sector, reconoce Agence Bio en nota de prensa. «Si los franceses quieren comida de calidad de origen francés en sus platos -que es cada vez menos el caso- entonces tienes que aceptar pagar el precio», observa amargamente Arnaud Rousseau.