El líder religioso chiíta Moqtada Sadr, figura clave de la política en Irak, anunció el viernes 14 de abril que suspendería la mayor parte de las actividades de su movimiento, la Corriente Sadrista, durante al menos un año, otro golpe más para atraer a sus seguidores. .

El alborotador de la vida política iraquí, que aparece como heraldo del cambio y de la lucha contra la corrupción de las élites políticas, suele sorprender a sus partidarios y opositores con sus sorpresivas decisiones anunciadas en las redes sociales. Como cuando aseguró en Twitter retirarse «permanentemente» de la política el año pasado.

Moqtada Sadr goza de una fuerte base popular gracias a su herencia familiar y decenas de miles de iraquíes le obedecen con dedo y ojo: proviene de una línea de clérigos chiítas que descienden del profeta del islam. Su padre, Mohammed Sadek Sadr, asesinado por el régimen de Saddam Hussein en 1999, todavía es reverenciado.

«Que yo sea un reformador de Irak… pero que no pueda reformar el movimiento Sadrista es un pecado», tuiteó Sadek Sadr. «Seguir al frente de la Corriente Sadrista mientras hay ‘Los partidarios del asunto’, se están cometiendo algunos pecados corruptos y lesivos, esto es un asunto serio», subrayó.

Porque en las redes sociales, los medios de comunicación iraquíes y los usuarios de Internet compartieron un video atribuido a un partidario de un oscuro grupo pequeño, «Los partidarios del asunto», llamando a «prometer lealtad al Imam esperado, Sayyed Moqtada Sadr», haciendo así que este último el Mahdi, el imán oculto cuyo regreso esperan los chiítas. El líder religioso anunció así «congelar» su corriente durante «al menos un año», pero aseguró que la medida no afectaba a las actividades religiosas: ni a las oraciones de los viernes, ni a la «Institución Patrimonial», dedicada a la memoria de su padre, como así como otro sitio religioso del movimiento.

En el verano de 2022, en medio de un enfrentamiento chiíta por el nombramiento de un primer ministro, Sadek Sadr anunció su «retiro definitivo» de la política, lo que provocó enfrentamientos mortales en Bagdad entre sus partidarios por un lado, el ejército y ex chiítas. paramilitares por el otro. Unos meses antes, cuando su partido dominaba el parlamento, había tomado al país por sorpresa al ordenar la renuncia de sus 73 diputados.