Dos decisiones judiciales contradictorias en dos estados diferentes de EE. UU. han sembrado la confusión sobre un fármaco destinado a interrumpir un embarazo. Este primer embrollo legal desde que la Corte Suprema anuló Roe v. Wade, que había puesto fin al derecho al aborto, fue provocado por dos casos separados relacionados con la mifepristona, un fármaco utilizado en más de la mitad de los abortos en Estados Unidos.

En Texas, el juez de distrito designado por Donald Trump, Matthew Kacsmaryk, ordenó a la Administración de Drogas y Alimentos (FDA), la agencia federal responsable de aprobar medicamentos, suspender la autorización de la mifepristona mientras dure una demanda que impugna su seguridad, presentada por el anti- grupo abortista Alliance Defending Freedom.

Casi simultáneamente, en el estado de Washington, el juez designado por la administración de Obama, Thomas Rice, concedió parcialmente la solicitud de 17 estados gobernados por demócratas para mantener la venta de la droga.

Desde un punto de vista estrictamente legal, los dos casos se refieren únicamente a la forma en que la FDA regula la mifepristona, y no se refieren directamente a la cuestión del derecho al aborto. Pero ambos casos están directamente relacionados con el nuevo entorno legal y político creado por la anulación de Roe v. Wade por la Corte Suprema, que deja a los Estados de la Unión el derecho de legislar como mejor les parezca sobre esta cuestión. Las diferencias entre los estados dirigidos por demócratas y los estados dirigidos por republicanos se están profundizando en muchos temas, desde la concesión de licencias de armas hasta el medio ambiente. La cuestión del aborto es una de las más espinosas.

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La decisión dictada en Texas por el juez Kacsmaryk menciona que los embriones podrían tener derechos individuales. Si se confirma su decisión, podría sentar un precedente y otros tribunales podrían tenerlo en cuenta en sus decisiones. El Departamento de Justicia y un fabricante de mifepristona han apelado. El Fiscal General Merrick Garland también pidió que se suspenda la decisión mientras se lleva a cabo el caso.

La Corte Federal de Apelaciones del Quinto Circuito, con sede en Luisiana pero que cubre Texas, es considerada una de las más conservadoras del país. Pero no está claro si permitirá que la decisión del juez Kacmsaryk entre en vigor. El estado de Washington, donde se presentó la demanda de los estados demócratas, se encuentra bajo el 9º Circuito, un tribunal de apelaciones liberal.

La batalla legal desencadenada por estas dos decisiones contradictorias no ha hecho más que comenzar, y parece inevitable que la cuestión del aborto vuelva a ser llevada ante la Corte Suprema, encargada de decidir las decisiones contradictorias.