Uno de los últimos fabricantes franceses de calzado de lujo, Clergerie, fue puesto en suspensión de pagos el miércoles 29 de marzo por el Tribunal de Comercio de París, según información del diario Le Monde. Presa de las dificultades financieras desde la crisis del Covid-19, que se han visto amplificadas por la guerra en Ucrania y el alza en el precio de las materias primas, la empresa, que ha estado en déficit durante varios años, tiene un flujo de caja degradado. Y ello, mientras la facturación de la marca de Romans-sur-Isère (Drôme) se ha mantenido en 20 millones de euros durante tres años.

Sin embargo, desde 2020, los inversores franceses se habían hecho cargo de la empresa, fundada en 1981 por Robert Clergerie, para darle la vuelta. Pero el contexto económico se impuso a este deseo. “Seguimos esperanzados porque tenemos el know-how. El clero no es nada. Siempre he trabajado en Clergerie y mi hija trabaja en Clergerie. Es una historia familiar (…) Amamos nuestro trabajo, vamos a luchar, mantenemos la esperanza”, indica Valérie Treffé-Chavant, delegada de FCE-CGC en France 3.

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Su colega Michèle Dumonceau, directora de personal, está en la misma onda: “No somos Vuitton, no somos Prada pero tenemos un saber hacer extraordinario. Mostré los talleres y todos salieron con los ojos muy abiertos, asombrados de ver a los trabajadores que hacen zapatos con pasión. Por lo tanto, el tribunal comercial designó un administrador judicial para cobrar las ofertas públicas de adquisición. Y tiene seis meses antes de tomar una decisión.