La construcción del nuevo portaaviones francés de propulsión nuclear, que se supone reemplazará al Charles-de-Gaulle, comenzará entre finales de 2025 y principios de 2026 con las primeras pruebas en el mar en 2036-37, dijo el ministro francés de Armas. Fuerzas anunciadas el sábado. En una entrevista con el diario Le Parisien, Sébastien Lecornu indicó que el gobierno iba a «iniciar definitivamente el inicio de su implementación a fines de 2025/principios de 2026».

El proceso quedará registrado en la próxima Ley de Programación Militar (LPM) 2024-2030, por un importe total de 413.000 millones de euros, que deberá ser presentada este martes al Consejo de Ministros. “Las empresas Naval Group, Technicatome y los astilleros del Atlántico podrán iniciar su construcción”, agregó el ministro. «Las pruebas en el mar deberían tener lugar en 2036-2037», dijo, describiendo «una catedral de tecnología y habilidades humanas» de 75.000 toneladas.

“Solo quedan dos países en el mundo que saben cómo construir y operar portaaviones nucleares: los estadounidenses y nosotros”, continuó, reivindicando su necesidad en un entorno global marcado por la guerra en Ucrania y múltiples tensiones internacionales. «Tener un grupo aéreo naval fortalece nuestra presencia mucho más allá de nuestro propio espacio marítimo», dijo Sébastien Lecornu. «Renunciar a esta capacidad significa perder un conocimiento único entre nuestros marineros y suponer una degradación duradera entre otras naciones».

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Según él, se dedicará una primera suma de 5 mil millones de euros al portaaviones en el futuro LPM. También afirmó que había «pedido al presidente de la República y al primer ministro que presentaran pronto al parlamento una solicitud de gasto adicional de 1.500 millones de euros en 2023» para «amortiguar los efectos de la inflación pero también acelerar la reparación de nuestros ejércitos». .

En las discusiones sobre la LPM, Elisabeth Borne abogó por pequeñas marchas anuales, para posponer el grueso del esfuerzo presupuestario después de 2027, es decir, al final del quinquenio. En caso de una votación del Parlamento, el aumento del presupuesto para 2023 aumentaría de 3 a 4 500 millones de euros. “Hay emergencias operativas”, insistió, refiriéndose en particular a “nuestras capacidades de drones y antidrones”, según él cuestiones clave de seguridad, en particular antes de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París-2024.

El ministro francés para las Fuerzas Armadas también declaró en la entrevista con Le Parisien aprobar un texto que imponga luz verde oficial a los soldados que deseen trabajar para el extranjero, a fin de verificar que los intereses del país no se vean amenazados, indicó. en sábado. “La protección de nuestra soberanía no es negociable”, estimó Sébastien Lecornu, antes de la presentación este martes en el Consejo de Ministros de la próxima Ley de Programación Militar (LPM) 2024-2030.

“Propondré, por tanto, en la LPM una medida de autorización previa para los soldados del ejército francés que se verían tentados a su readiestramiento para trabajar para determinadas empresas o países extranjeros”, explicó. En el futuro, según el plan del ministro, los militares “tendrán que preguntarle al ministerio si esta reconversión compromete o no nuestros intereses estratégicos. En caso de negativa e incumplimiento de la decisión, se podrá iniciar un proceso penal”.

El diario cuestionó al ministro sobre el hecho de que ex pilotos franceses impartieran formación a pilotos chinos. El sitio Intelligence Online en particular había afirmado en marzo que había «visto en 2022 a pilotos franceses que brindaban capacitación a sus homólogos en el Ejército Popular de Liberación de China».