Le Fígaro Nantes
Ambiente sedicioso en el centro de detención de Nantes. El jueves 9 de mayo, a última hora de la tarde, 44 reclusos se rebelaron y se negaron a regresar a su celda al final de su paseo, ante los atónitos funcionarios de prisiones. Es significativo que los prisioneros recalcitrantes no hicieran ninguna exigencia. Tampoco se ha identificado a ningún cabecilla, precisan los representantes del personal. Los detenidos finalmente aceptaron regresar a sus habitaciones – y recibir su cena – después de dos horas de flotación.
La Dirección Interregional de Servicios Penitenciarios (DISP) de Rennes, de la que dependen los centros de detención de Nantes, confirmó el incidente a Le Figaro el viernes, afirmando que el orden podría restablecerse «pacíficamente, tras las conversaciones iniciadas». La administración penitenciaria, sin embargo, subestima la duración del ataque y afirma que sólo duró una hora.
Los guardias de la prisión, cada vez más faltos de personal a medida que llegan nuevos prisioneros, están preocupados por un incidente que probablemente se repita. El número de rebeldes «podría haber sido mucho mayor, porque nada menos que 115 detenidos habían salido de esta casilla, sólo de este edificio», advierte el sindicato local Force Ouvrière, en un comunicado. «Sólo hay siete u ocho supervisores para los paseos y, en este tipo de accidentes, no estamos autorizados a recoger a los reclusos», precisa William Cozic, delegado de FO del centro penitenciario de Nantes.
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El dirigente sindical añade que los equipos de intervención regionales, fuertemente equipados, fueron puestos en alerta durante el incidente por la DISP de Rennes. El resultado “pacífico” de esta bravuconería, liderada por los funcionarios de guardia del establecimiento penitenciario, permitió evitar su movilización efectiva.
Situado al norte de la ciudad, el centro de detención preventiva de Nantes bate desde hace varios meses su récord histórico de hacinamiento con, hasta el 23 de abril, 946 reclusos para 508 plazas. El número de guardias penitenciarios, por el contrario, se mantiene fijo en unos 200 agentes. Dos de ellos han sido atacados en las últimas semanas, en un contexto de aumento de la violencia inducida por la trata y de situaciones difíciles de convivencia en las celdas.