Los investigadores portugueses han desestimado la pista terrorista tras un atentado con arma blanca el martes en un centro musulmán chiíta de Lisboa que dejó dos muertos y un herido grave, ha dicho este miércoles el director nacional de la Policía Judicial, Luis Neves.
«No hay indicios de que se trate de un ataque terrorista» o una «radicalización» del sospechoso, dijo Neves, y agregó que todas las pistas «parecen mostrar que se trata de un delito de derecho común». “Lo que puede estar en duda aquí, pero solo una evaluación psiquiátrica puede determinarlo, es que se trata de una crisis psicótica”, detalló, precisando que la investigación continuaba.
Según varios testimonios, el sospechoso, un refugiado afgano, estaba tomando clases de idioma el martes por la mañana en un centro ismailí, una comunidad musulmana chiita. Su comportamiento cambió después de recibir una llamada telefónica.
Armado con un cuchillo de grandes dimensiones, primero hirió gravemente a una profesora, antes de matar a dos mujeres empleadas en este centro y ser rápidamente neutralizado por la policía que utilizó un arma de fuego. El hombre se encuentra actualmente hospitalizado en la capital portuguesa.
El Ministerio Público anunció la apertura de una investigación. El sospechoso no debe “ser capaz de ser presentado ante un juez antes de diez días”, precisó el director de la policía judicial.
Según los primeros elementos de la investigación, se trata de un «hecho aislado» pero aún no se han esclarecido las motivaciones, dijo este martes el ministro del Interior, José Luis Carneiro.
Los investigadores han logrado rastrear la ruta del sospechoso desde su país de origen hasta su llegada a Grecia, donde su esposa murió en un incendio. El presunto autor, padre de tres niños de 4 a 9 años, había llegado a Portugal en 2021. Planeaba viajar a Alemania en los próximos días con sus hijos, según Neves. El sospechoso estaba preocupado por el destino de sus hijos, según medios portugueses que revelaron un video grabado hace dos años y publicado en las redes sociales.
Apuntada por el ataque, la comunidad de musulmanes chiítas ismaelitas estableció su sede mundial en Lisboa y su líder espiritual, el Aga Khan, obtuvo la nacionalidad portuguesa en 2019. Los ismaelitas, una corriente minoritaria del islam chiíta, forman una comunidad de 12 a 15 millones personas repartidas en una treintena de países. Tienen alrededor de 8.000 miembros en Portugal.