El pequeño trozo de papel sobrevivirá unos meses más. Inicialmente, el final de la impresión sistemática del recibo iba a ocurrir el 1 de enero, pospuesto para el 1 de abril. Este domingo, el Ministerio de Economía y Finanzas indicó un nuevo turno, “1 de agosto” o “1 de septiembre”, debido a la inflación. Según Bercy, se debería anunciar una nueva fecha a principios de la próxima semana.

“Consideramos que el momento no es el adecuado para que la medida entre en vigor”, precisó el gabinete de Olivia Grégoire, ministra delegada en particular para Comercio, en la edición dominical de Le Parisien, tras una información publicada en Free lunch. «Tenemos comentarios del campo, estamos discutiendo con asociaciones de consumidores, con grandes minoristas, que nos dicen que, ante la inflación, muchos franceses quieren verificar la precisión de la cantidad de carreras que hacen», dijo la firma. ¿Qué cambiará realmente esta medida y cuáles son los riesgos para los consumidores? Le Figaro hace balance.

En concreto, a partir del 1 de agosto o 1 de septiembre, los cajeros dejarán de imprimir automáticamente las facturas de los clientes y favorecerán el envío del ticket digital por e-mail, SMS o incluso QR Code, salvo petición expresa del consumidor. La Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL) especifica que los clientes deben “ser informados por display cuando vayan a la caja” que siempre pueden solicitar la impresión en papel. También se les abre una tercera opción en el momento del pago: no pedir un recibo en papel o un recibo electrónico.

Los billetes emitidos por máquinas expendedoras, los recibos bancarios, los billetes promocionales y de descuento, así como los bonos, también se verán afectados por este cambio. Por otro lado, el gobierno prevé algunas excepciones, por lo que el boleto se seguirá imprimiendo automáticamente. Por ejemplo, los recibos relativos a la compra de los denominados bienes «duraderos» (electrodomésticos, equipos informáticos, etc.), los recibos de tarjetas bancarias relativos a operaciones canceladas o sujetas a crédito, o incluso los emitidos por autómatas «cuya conservación y presentación son necesarios para beneficiarse de un producto o servicio».

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Como los consumidores han observado en los últimos meses, algunas marcas y tiendas ya han tomado la delantera y preguntan a sus clientes si quieren recibir su ticket por correo electrónico. Según una encuesta de Opinéa para Twilio, alrededor de la mitad de los consumidores (51%) «señalan la presencia de nuevas soluciones que ofrecen a los clientes la posibilidad de recibir sus recibos en soportes alternativos al formato papel». “Habrá una campaña de información para advertir al consumidor y capacitación sobre la aplicación de esta medida para cajeros y cajeras”, se dijo también por parte de la Secretaría de Economía a fines del año pasado.

Pero más allá de la formación de los profesionales y de la concienciación de los franceses sobre este nuevo hábito en la caja, ya se han formulado algunas advertencias. En particular en lo que respecta a los datos personales. “Las soluciones preferidas deberían buscar minimizar, en la medida de lo posible, la recopilación de datos personales, o incluso evitarla”, así indica la CNIL, por ejemplo, mediante el escaneo de un código QR. Y en el supuesto de recogida de datos de contacto, se regula su reutilización para la prospección comercial. “El comerciante debe obtener el consentimiento de las personas o permitir que se opongan, según el tipo de publicidad”, especifica la CNIL.

Algunas asociaciones también apuntan al riesgo de fraude comercial en las diferencias de precios. “Los consumidores tendrán dificultades para verificar el precio total de sus compras al momento de pagar”, advierte Olivier Gayraud, abogado de la asociación Consumo Vivienda Marco de Vida (CLCV). También se expresan dudas por la aplicación de ciertos derechos para el consumidor, como por ejemplo por la garantía legal de conformidad. “¿Cómo puede hacer que la garantía funcione sin tener documentos de respaldo?”, agrega Olivier Gayraud. “Se ha hecho una propuesta al Gobierno para introducir una medida para imprimir un recibo más allá de 25 euros. Lamentablemente, esto no fue aceptado”, lamenta.

También fue rechazada la solicitud conjunta, en abril de 2022, de una decena de asociaciones de consumidores -entre ellas UFC-Que Choisir y Familias Rurales-, que reclamaban que se «ofreciera sistemáticamente» la impresión del recibo. «Los consumidores se movilicen y pidan el boleto tan pronto como sientan la necesidad de conservar la prueba», así pide en un post el presidente de la UFC-Que Choisir Alain Bazot, para quien «la desaparición del boleto expone (a los consumidores) a un revés importante en sus derechos: prueba de compra, que también permite verificar la exactitud del monto de la transacción, movilización de garantías legales y comerciales, solicitud de reembolso en caso de retiro del producto o cambio en caso de un problema…” “La medida sigue siendo importante para acelerar la transición ecológica”, responde el gabinete de Olivia Grégoire.