La grotesca situación pudo haber salvado la vida de cientos de pasajeros. A mediados de enero, un pasajero de un Airbus A330 de Virgin Atlantic, que se dirigía a Nueva York desde Manchester, se dio cuenta de que faltaban varios tornillos en un ala del avión. “Soy buena conductora, pero a mi pareja no le gustó la información que le estaba dando y empezó a entrar en pánico. Estaba tratando de tranquilizarla tanto como fuera posible”, dijo a la Agencia de Noticias Kennedy. Si un técnico intervino rápidamente para tapar los sujetadores, el vuelo en cuestión fue cancelado, como medida de precaución, para “dar tiempo a verificaciones técnicas adicionales de mantenimiento”, dijo un representante de la compañía al New York Post.

Virgin Atlantic, sin embargo, lo tiene claro: la ausencia de tornillos en esta parte de la máquina no pone en peligro a los viajeros. La estructura en cuestión era sólo secundaria y permitía mejorar la aerodinámica del avión. «Por lo tanto, no hubo impacto en la integridad o capacidad de carga del ala, y el avión pudo operar con seguridad», explicó Neil Firth, ingeniero jefe local de Airbus para el A330. Luego, todos los pasajeros fueron trasladados en otros vuelos para llegar a su destino. Algo raro en Airbus, este tipo de incidentes son generalmente más frecuentes en Boeing, una compañía donde los problemas técnicos se han multiplicado en las últimas semanas.