“Querías ganar más dinero, ¿no?”: la defensa de Donald Trump intentó desacreditar, el jueves 9 de mayo, a la estrella porno Stormy Daniels durante el segundo día de su maratoniano testimonio lleno de tensión, en el juicio al expresidente de Estados Unidos en Nueva York. Ya escuchada durante cinco horas el martes, la actriz y directora había contado sin filtrar su encuentro y la relación sexual que afirma haber tenido en 2006 con el actual candidato presidencial republicano, al margen de un torneo de golf de celebridades en Nevada.
El jueves fue interrogada nuevamente durante tres horas, en un tenso cara a cara con la abogada de Donald Trump, Susan Necheles, durante el cual ella negó haber mentido para enriquecerse con esta historia. La relación sexual, negada por Donald Trump, está en el centro del asunto, porque fue para guardar silencio sobre este episodio que la actriz recibió 130.000 dólares al final de la campaña para las elecciones presidenciales de 2016, ganadas por el republicano contra Hillary. Clinton. Una suma pagada por el exabogado de Donald Trump, Michael Cohen, como parte de un acuerdo de confidencialidad.
El expresidente estadounidense está siendo juzgado por 34 delitos de falsificación contable al ocultar el reembolso de sumas al abogado en las cuentas de su holding, la Organización Trump. Corre el riesgo de ser condenado a prisión, en plena campaña presidencial.
Dentro de la sala del tribunal con sus muebles de madera anticuados y candelabros de neón blancos, Susan Necheles trató de llevar a Stormy Daniels al límite, retratándola como una mujer hambrienta de dinero. «¿Estabas amenazando con hacerle daño político al presidente Trump si no te daba dinero para esta historia?», preguntó Susan Necheles. “Elegí la seguridad”, respondió Stormy Daniels, ante la mirada de Donald Trump. “La mejor solución fue proteger mi historia con un registro escrito, para que mi familia no corriera peligro”, añadió.
«Querías ganar más dinero, ¿no?», insistió el abogado, argumentando que después del acuerdo de confidencialidad, la actriz aún lo había contado todo en un libro que, según la defensa, le habría aportado 800.000 dólares. Todo el asunto fue revelado por el Wall Street Journal en 2018. El duelo continuó en un ambiente tenso. “También has actuado y dirigido más de 150 películas pornográficas (…) por lo que tienes mucha experiencia en el arte de hacer reales las relaciones sexuales falsas”, provocó el abogado. «No necesitaba escribir eso», replicó Stormy Daniels.
El martes, la actriz no ocultó su encuentro de 2006 con el magnate inmobiliario, hasta el hecho de que supuestamente no usó condón. También describió sus sentimientos cuando encontró, al salir del baño, al multimillonario de 60 años esperándola en su cama. “Sentí que la sangre salía de mis manos”, dijo. Si dice no sentirse amenazada, asegura que la intención del empresario “era bastante clara” y que el “equilibrio de poder estaba desequilibrado”.
“Como supuestamente estaba en camiseta y boxers, ¿estabas tan enojada porque quería tener sexo contigo que no pudiste negarte?”, el abogado volvió a cuestionar, antes de decir claramente: “Tú lo inventaste todo, ¿No es así? Stormy Daniels mantuvo su versión. Cuando terminó su contrainterrogatorio, abandonó la habitación desafiante y pasó junto a Donald Trump sin mirarlo.
Por segunda vez esta semana, los abogados de Donald Trump solicitaron, en vano, la anulación del procesamiento. También pidieron al juez Juan Merchán flexibilizar su prohibición de hablar sobre testigos, para permitirle responder directamente al relato de Stormy Daniels. «Debe ser capaz de responder al pueblo estadounidense», argumentó Todd Blanche. El juez se negó.
Al salir de la sala del tribunal, el candidato de 77 años, que debe asistir todos los días en silencio a los debates, volvió a denunciar al “juez corrupto” y se quejó de no poder hacer campaña con normalidad. Otros tres testigos comparecieron el jueves: un empleado del departamento de contabilidad de la Organización Trump, un editor de la editorial que publicó uno de los libros de Donald Trump y luego una de sus asistentes directas en la Cámara, Madeleine Westerhout.
El juicio, que continúa el viernes y se espera que dure varias semanas más, es aún más importante porque corre el riesgo de ser el único que se celebre antes de las elecciones del 5 de noviembre, entre los cuatro casos penales en los que se acusa a Donald Trump.