Patrón jefe durante la edición de 2017 en las Bermudas, Franck Cammas regresa para la edición de 2024 prevista en Barcelona como director de rendimiento. Ante la falta de tiempo, anuncia que habrá que actuar rápido y bien, sin equivocarse…

Por lo tanto, se embarca en una nueva America’s Cup después de la de 2017…

No estoy en el origen del proyecto porque fueron Bruno Dubois y Stéphane Kandler quienes lograron encontrar la financiación y juntar parte del equipo. La situación es desfavorable para nosotros en términos de tiempo, obviamente cuando vemos que los otros equipos han estado trabajando con cincuenta personas todos los días durante dos años. Pero la vinculación con Team New Zealand (acuerdo de suministro de un paquete tecnológico) puede compensar nuestra falta de tiempo. Es frustrante porque sabemos que no vamos a estar en el origen del diseño del barco. Por otro lado, tendremos una plataforma para navegar bien. Así que vamos a luchar contra el tiempo sobre todo, pero hay buenos ingredientes para hacerlo bien con un buen grupo, experiencia, motivación, buenos navegantes y buenos arquitectos.

Tu papel, ¿cuál es exactamente?

Es bastante transversal. La idea es aportar experiencia y hacer el nexo, que suelo hacer porque es mi gusto, entre la parte conceptual, de gestión y deportiva. Y tratar de tomar las soluciones correctas. Sabemos que tendremos que ir a lo esencial. No pensar mucho. Y por eso hay que ser justo.

¿Qué es lo principal?

Es bueno usar un barco que vamos a recibir de los neozelandeses. Hay muchas cosas confidenciales, pero lo que podemos decir es que tendremos suficientes discusiones para estar al mismo nivel de desarrollo que el Equipo de Nueva Zelanda el próximo mes de mayo. Es enorme, no solo aprovechamos el trabajo que hacen en esta Copa sino también el que hicieron en la anterior. Desde la botadura del barco tendremos desarrollos cada uno de nuestro lado y ahí es donde tenemos que estar la estructura para hacerlo. Tendremos un barco muy parecido al de los neozelandeses, no notarás ninguna diferencia aparte de la decoración… (risas)

¿Estarás en el equipo de vela?

Aún no está definido. Creo que para mi papel tengo que navegar si quiero ser bueno ayudando a Quentin (Delapierre, el timonel). De todos modos, hay bastantes lugares para poder navegar (ocho posiciones a bordo del AC75).

¿Fue una obviedad para ti volver a la Copa?

Sí, me resulta difícil no entrar en una historia como esa. La Copa es algo que me hace soñar desde hace mucho tiempo. Con este equipo hay formas de hacer las cosas y quiero trabajar con ellas. Espero que conmigo evitemos errores que pueda haber cometido antes. El objetivo es intercambiar. Tenemos aún menos margen de error.

¿Vas por una o dos ediciones?

Lo que estamos anunciando es uno, pero la ambición es formar al equipo para el futuro. Con alguien como Sébastien Bazin (jefe de Accor, socio principal del barco), si conseguimos un buen resultado en la primera, nos podría seguir en las demás. Entonces tenemos un poco de presión para obtener un buen resultado en el primero con medios que obviamente son limitados, porque el tiempo es limitado. Deberías saber que Alinghi lleva unos años gastando un millón a la semana… Finalmente, podemos hacerlo muy bien a un coste no demasiado elevado (risas).

En realidad, no vas a ganar este, pero esperas ganar el próximo, ¿verdad?

Si tenemos un barco que está muy, muy cerca del mejor barco que creemos que es el de los neozelandeses y el equipo deportivo no tiene ningún complejo de tener, podemos llevarnos una buena sorpresa. Después me quedo muy humilde, sabemos el nivel de la Copa…

¿Qué sentido tiene que los neozelandeses te ayuden con tu barco?

Es tener un equipo adicional, permite que la Copa se desarrolle y que este equipo sea competitivo. Están garantizados para estar en la final, si es contra nosotros, conocerán muy bien al oponente. Y si no somos nosotros, habrán podido utilizar nuestra experiencia de todos modos, porque conocerán muy bien nuestro barco.

Tú que conoces bien la Copa, ¿hay suficientes recursos en tu equipo para aspirar a ganar?

A priori hay formas de empezar tan tarde para hacerlo. Después tengo la impresión de que es la falta de tiempo lo que puede ser crítico. Tenemos que encontrar soluciones para eso. Si no hubiera sido por el intercambio con el equipo de Nueva Zelanda, no hubiéramos podido comenzar hoy. Todos los que se van no son unos temerarios, todos estamos para actuar, no para participar. Todavía lo creemos.

¿Quentin Delapierre tiene la médula y el talento para ganar la Copa?

Sí, creo que tiene el estado de ánimo, el rigor que necesitamos para eso y además tiene un interés transversal por la forma de trabajar del equipo. Todavía no he trabajado mucho con él, pero puedo apostar que puede salir bien.