El Gobierno brasileño prometió el jueves liberar unos nueve mil millones de euros para la reconstrucción del estado de Rio Grande do Sul, devastado por inundaciones sin precedentes que dejaron más de 100 muertos y graves daños a viviendas e infraestructuras esenciales.
Mientras en esta región del sur del país los equipos de rescate luchan por salvar a personas y animales atrapados por el agua en un entorno desolado, el Jefe de Estado, Luiz Inácio Lula da Silva, presidió una reunión en Brasilia para discutir las respuestas a la tragedia.
El Gobierno federal ha decidido «inyectar recursos de unos 50.000 millones de reales (unos 9.000 millones de euros) en Rio Grande do Sul», anunció el ministro de Finanzas, Fernando Haddad. Las medidas adoptadas priorizan la concesión de préstamos para ayudar a los trabajadores, empresas y municipios afectados.
Al menos 107 personas murieron, otras 374 resultaron heridas y 136 están desaparecidas tras las torrenciales lluvias que cayeron en la región durante toda la semana pasada, según el último informe de Defensa Civil publicado el jueves. Casi 1,5 millones de personas se vieron afectadas y más de 164.000 fueron evacuadas tras estas lluvias excepcionales, un desastre natural que los expertos y el gobierno asocian con el cambio climático.
Estas inundaciones afectaron a la capital del estado, Porto Alegre y a sus 1,4 millones de habitantes, pero también a más de 400 localidades de la región. Unas 60.000 viviendas quedaron destruidas. Después de una interrupción debido a la lluvia del día anterior, los equipos de rescate todavía buscaban el jueves a personas atrapadas en sus casas o reacias a salir por temor a saqueos.
A veces, los rescatistas también se movilizan para salvar animales, como este caballo que los medios locales mostraron solitario en el techo de una casa sumergida, en Canoas, un suburbio de Porto Alegre, y rescatado utilizando botes inflables. Otra tarea gigantesca para las autoridades locales es fortalecer la logística para acelerar la distribución de bienes esenciales a las víctimas de desastres.
«El énfasis siempre está en los rescates (…) pero estamos trabajando muy intensamente en la entrega de ayuda humanitaria», dijo a los periodistas Sabrina Ribas, portavoz de Defensa Civil. Se espera que estos esfuerzos se vean obstaculizados «hasta cierto punto» en los próximos días debido a la previsión de «fuertes lluvias» a partir del viernes, advirtió.
Los gestos de solidaridad ante la magnitud del desastre también llegan desde el exterior. El Papa Francisco envió 100.000 euros para ayudar a atender a los evacuados, según el sitio web Vatican News. Elon Musk, por su parte, anunció en su cadena X que su empresa Starlink iba a donar mil terminales de Internet a los equipos de rescate. “Espero lo mejor para el pueblo brasileño”, añadió el multimillonario, recientemente envuelto en un enfrentamiento con la justicia brasileña.