Le Figaro Burdeos
¡Atención coleccionistas de armas antiguas! Este jueves 23 de mayo, mientras la llama olímpica cruza la metrópoli de Burdeos, poco después de que se encienda el pebetero en la plaza de los Quinconces, tendrá lugar una subasta insólita en la casa de subastas de Burdeos Quinconces. Se trata de un “sable de recompensa raro y excepcional” entregado personalmente por Napoleón Bonaparte a uno de sus soldados, precisa la casa de subastas.
Esta arma, fabricada en Milán, es uno de los 100 sables de recompensa que se ofrecieron a otros tantos soldados que se distinguieron durante la primera campaña italiana (1796-1797). El sable vendido en Burdeos, valorado entre 12.000 y 15.000 euros, fue atribuido por Bonaparte, cuando era sólo general, al granadero Chabrot, por «haber escalado las murallas de Lodi», en Lombardía, y «abrir la puerta de esta ciudad bajo fuego enemigo. Otros dos sables premiados se exponen en Île-de-France, uno en el Museo del Ejército y el otro en el Museo de la Legión de Honor.
En aquella época, y desde la Revolución Francesa, ya no existía «ninguna marca oficial de recompensa de carácter individual», pero «el Directorio debe sin embargo animar a sus ejércitos maltratados en las fronteras y pretende reactivar la tradición de recompensar a los mejores soldados». mediante la donación de una bandera o armas autografiadas, de forma individual o colectiva. Es en este contexto que el general Bonaparte hizo fabricar estos sables en 1797, para ofrecer, además de la doble paga, «un testimonio de reconocimiento de la patria hacia los valientes soldados que se distinguieron por acciones de resplandor».