El Parlamento adoptó definitivamente el martes un proyecto de ley para luchar contra los abusos sectarios, en particular en Internet, con la creación de un nuevo delito de incitación a negar la asistencia médica, que ha dividido a los parlamentarios. Como los diputados y senadores no pudieron ponerse de acuerdo sobre esta delicada medida, fue la Asamblea Nacional la que tuvo la última palabra. Adoptó definitivamente el texto el martes por la noche, con 146 votos contra 104.
Frente a los “gurús 2.0” y sus llamados remedios naturales milagrosos para el cáncer, el proyecto de ley tipifica el delito de provocar el abandono o la abstención de cuidados, sancionado con un año de prisión y 30.000 euros de multa, incluso tres años de prisión. y una multa de 45.000 euros cuando la provocación fuera seguida de efectos.
Se trata de «provocar, mediante presiones o maniobras repetidas» para «abandonar o abstenerse de seguir un tratamiento médico terapéutico o profiláctico», cuando este abandono «se presenta como beneficioso para la salud», cuando puede tener «consecuencias especialmente graves». .
«Es imperativo luchar contra esta lacra» de los excesos sectarios que «se cobra miles de víctimas cada año», afirmó en la Cámara la secretaria de Estado Sabrina Agresti-Roubache, apuntando en particular a la «esfera de la conspiración» en Internet. «No es la intención del Gobierno prohibir la crítica médica», «impedir que los pacientes decidan, con plena conciencia y plenamente informados, si tomar o abstenerse del tratamiento», ni «precisar las discusiones familiares o amistosas», insistió.
Respondió así a las preocupaciones expresadas en las oposiciones por los diputados nacionales Insoumis, Comunistas, Les Républicains y Rassemblement, que advirtieron de una amenaza a las «libertades públicas» o de los denunciantes que critican a la industria farmacéutica. Ante las reticencias de los parlamentarios, fueron necesarias dos votaciones en la Asamblea para adoptar la principal medida del texto en primera lectura a mediados de febrero. El artículo, reescrito tras haber sido suprimido, preserva «la libertad de expresión» y «el papel de los denunciantes», aseguró la ponente del texto, Brigitte Liso (Norte), apoyada por el diputado socialista Arthur Delaporte.
El texto también prevé un delito de colocación o mantenimiento en estado de “sometimiento psicológico”, para comprender mejor las “especificidades de la influencia sectaria”, según el gobierno. Brigitte Liso subraya que “el número de denuncias” de abusos sectarios “casi se ha duplicado entre 2015 y 2021”, con 4.020 casos registrados en 2021. En la primera lectura, la atmósfera eléctrica en el hemiciclo había reavivado las heridas de los acalorados debates sobre la pase sanitario y vacunas contra el Covid, durante una sesión marcada por varias escaramuzas con la extrema derecha.