Un industrial como accionista de referencia. Vallourec, uno de los líderes mundiales en tubos sin soldadura, no podría soñar con algo mejor. Acaba de anunciar la entrada en su capital de ArcelorMittal. Este último recompra el 28,4% del fondo de inversión estadounidense Apollo (el saldo es flotante) por 955 millones de euros. Es decir, una cantidad ligeramente inferior al precio actual de las acciones, ya que Vallourec, como otras empresas, ha visto su precio subir significativamente, impulsado en particular por la publicación de buenos resultados para 2023. ArcelorMittal también tendrá dos representantes en el consejo de administración de Vallourec , reemplazando así a Apolo.
Apollo entró en el capital de Vallourec en 2021, mediante operaciones de recuperación de deudas. El grupo se encontraba entonces en un proceso de reestructuración financiera. Desde entonces, Philippe Guillemot, que llegó al frente de Vallourec en marzo de 2022, ha subido claramente el listón. La oportunidad para Apollo de realizar una muy buena transacción financiera, cuyo importe no ha sido comunicado, después de haber participado en la reestructuración de Vallourec.
La entrada en el capital de ArcelorMittal, grupo CAC 40, con sede en Londres, pero con fuertes raíces francesas, refuerza las opciones estratégicas de Philippe Guillemot. Su adquisición de una participación en el capital de Vallourec le permite introducirse en un negocio en el que aún no estaba presente: la siderurgia avanzada con el negocio de los tubos sin costura. Estas últimas, imprescindibles para la explotación de los hidrocarburos, se están labrando ahora un futuro en la transición energética: el almacenamiento de hidrógeno, la captura de CO2 y la energía geotérmica.
ArcelorMittal se compromete a no lanzar una opa sobre Vallourec, al menos durante los próximos seis meses. “El horizonte temporal de un industrial es diferente al de un inversor financiero”, recuerda Philippe Guillemot, que sigue siendo director general de Vallourec, con el apoyo de su nuevo gran accionista.
La experiencia en acero y minería de los dos grupos es complementaria. La fusión debería permitir a ArcelorMittal reforzar su experiencia en aplicaciones downstream. Esto también forma parte de la estrategia del gigante siderúrgico para reforzar su posición en la descarbonización y la transición energética.
La operación, que aún debe recibir luz verde de las autoridades de competencia, debería finalizar durante el segundo semestre de 2024.