La comunidad de Atalaya en la provincia de Veraguas se prepara con entusiasmo y dedicación para la procesión anual del Jesús Nazareno el domingo 9 de marzo. Un grupo de voluntarios, compuesto por fieles de diversas comunidades, se une para crear un impresionante arreglo floral que realza la imagen venerada por miles de peregrinos.

Manuel Gutiérrez, el coordinador de la decoración, lidera este equipo con esmero, explicando que se realizan al menos 3 cambios de flores para diferentes momentos clave: la decoración que permanece durante las novenas, la del Miércoles de Ceniza en adelante, y la procesión para la misa campal. Los claveles morados son los protagonistas de estos diseños, acompañados de lirios, crisantemos y rosas, creando una mezcla armoniosa de colores y texturas que resaltan la majestuosidad de la imagen.

Atalaya, conocida como un epicentro de la fe católica en Panamá, recibe anualmente a miles de peregrinos de todo el país. La festividad de Jesús Nazareno es una de las más importantes de la región, con rituales litúrgicos, vigilias y la esperada procesión del domingo. Durante este evento, las calles se adornan con elaboradas alfombras de aserrín de colores y pétalos de flores, creando un ambiente de devoción y celebración.

La tradición de confeccionar el arreglo floral ha sido transmitida de generación en generación, siendo una fuente de orgullo para los voluntarios que participan en esta labor. Luz Núñez, una de las voluntarias más veteranas, ha dedicado más de una década de su vida a embellecer la imagen del Jesús Nazareno, expresando su gratitud por formar parte de este evento tan significativo.

El evento de Jesús Nazareno de Atalaya no solo es una manifestación de fe, sino también un atractivo turístico y económico para la región. Atrae a creyentes, turistas y comerciantes, generando un impulso positivo para la economía local y fortaleciendo los lazos comunitarios en torno a la celebración de la fe.

En conclusión, la labor de estos voluntarios en la creación del adorno floral para el Jesús Nazareno de Atalaya es un ejemplo de devoción, dedicación y tradición que trasciende generaciones, uniendo a la comunidad en torno a la celebración de la fe y la cultura. La belleza y el significado detrás de cada detalle florido reflejan el espíritu de unidad y compromiso que define esta festividad tan especial en la provincia de Veraguas.