(Viena) Ante el aumento del programa nuclear de Irán, la junta de gobernadores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) adoptó una resolución el miércoles en Viena llamando formalmente al orden a Teherán, que ha prometido tomar represalias.
Le texte, déposé par Londres, Paris et Berlin (E3), a été approuvé par 20 pays sur 35, selon trois diplomates interrogés par l’AFP, avec la voix des États-Unis, initialement réticents par crainte d’envenimer les tensions au Medio Oriente.
Rusia y China votaron en contra, mientras que 12 países se abstuvieron. Un país miembro no participó.
Esta resolución, la primera desde noviembre de 2022, amplía los agravios que se acusan a Irán.
Lamenta una vez más la ausencia de “respuestas técnicas creíbles” sobre la presencia de trazas inexplicables de uranio en dos lugares no declarados.
«Es esencial y urgente» que Teherán aclare la situación y proporcione acceso a los lugares en cuestión, insiste el texto confidencial obtenido por la AFP. Sobre este tema, se podría solicitar “un informe completo” al director general de la OIEA, Rafael Grossi.
Además de este expediente que se prolonga desde hace años, han surgido dos nuevos puntos de discordia.
Irán debe “revertir la retirada de la acreditación” de algunos de sus inspectores más experimentados y volver a conectar las cámaras de vigilancia “sin demora”, insiste la resolución.
De importancia simbólica en esta etapa, su objetivo es aumentar la presión sobre Irán, que ha restringido severamente su cooperación con el organismo de la ONU.
Puede ser el preludio para transmitir la disputa al Consejo de Seguridad de la ONU facultado para imponer sanciones. Sólo en teoría, porque dos de sus miembros, Moscú y Beijing, se han acercado significativamente a Teherán en los últimos dos años.
El texto fue modificado tras intensas negociaciones con los estadounidenses, que se habían opuesto a una iniciativa similar en el E3 de marzo y no estaban a favor de esta nueva resolución antes de unirse a ella.
Teherán, que criticó ante el Consejo una acción “contraproducente […] carente de fundamento”, ya amenazó con una respuesta, sin decir más por el momento.
Si la República Islámica niega querer adquirir la bomba, su programa sigue ganando fuerza.
Durante los debates abiertos el lunes en la capital austriaca, los europeos denunciaron avances nucleares «sin precedentes para un Estado no equipado con armas atómicas», calificando de situación «alarmante».
«Esta escalada daña significativamente la seguridad internacional y socava la arquitectura global de no proliferación», señaló el E3 en un comunicado.
Sobre todo porque “la confianza se ha visto aún más erosionada” por las recientes declaraciones públicas de funcionarios iraníes sobre una posible evolución de la doctrina nuclear hacia una supuesta vocación militar.
La República Islámica se ha ido liberando progresivamente de los compromisos asumidos en el marco del acuerdo internacional de 2015 celebrado con Estados Unidos, China, Rusia, Francia, Alemania y el Reino Unido.
Este pacto conocido por las siglas JCPOA debía regular sus actividades atómicas a cambio de un levantamiento de las sanciones internacionales.
Pero quedó destrozada tras la retirada estadounidense decidida en 2018 por el entonces presidente, Donald Trump. Las conversaciones en Viena para resucitarlo fracasaron en el verano de 2022.
En una declaración conjunta citada el miércoles por la agencia iraní Irna, Teherán, Moscú y Beijing pidieron a “los países occidentales que demuestren voluntad política y tomen medidas” para permitir un regreso al JCPOA.















