El ex sacerdote Brian Boucher declarado culpable de tocar y agredir sexualmente a menores no será liberado, dictamina la Junta de Libertad Condicional. El hombre de unos sesenta años se enfrenta a nuevos cargos en relación con la agresión sexual de un joven compañero de prisión durante su período de prisión.

El sacerdote Brian Boucher fue condenado en 2019 a cumplir una pena de ocho años de prisión por agredir sexualmente a dos niños de 13 y 14 años.

Brian Boucher supuestamente cometió actos de naturaleza sexual hacia un recluso más joven durante su estancia tras las rejas. Se enfrenta a tres cargos de agresión sexual, voyerismo y acoso criminal en relación con este caso. Los hechos supuestamente ocurrieron en febrero de 2023. Su regreso a los tribunales está previsto para el próximo mes.

Según los hechos resumidos en la decisión de la Comisión, la víctima «se encerró en su celda para evitar el acoso» posterior del ex sacerdote. Este último supuestamente insistió y continuó siguiéndolo mientras se duchaba, a pesar de las advertencias de su compañero de prisión. El presunto agresor habría sido apartado de su sector por este motivo.

Según el documento obtenido por La Presse, Brian Boucher conoció a su primera víctima en 1995, cuando era sacerdote en una iglesia. Rápidamente habría establecido un vínculo de confianza con este joven. Esta víctima “lo veía como una figura paterna”, afirma el resumen de los hechos.

Pero muy rápidamente comienzan las acciones inapropiadas: Brian Boucher muestra a la víctima contenido pornográfico. Se dice que los primeros contactos se produjeron en moteles.

Otro hecho inquietante tuvo lugar a finales de los años 1990: Brian Boucher irrumpió en el domicilio de una víctima con la que había intentado contactar varias veces por teléfono, según la decisión de la Comisión. Ella, temiendo al sacerdote, se escondió en un armario. Boucher supuestamente lo agredió sexualmente. Sin embargo, el caso no dio lugar a cargos, según la decisión.

Boucher había negado varias de estas acciones, insistiendo en que nunca había estado en el hotel. Sin embargo, admitió haberlo tocado. Tras su sentencia, siguió negando las acciones cometidas.

– Con Louis-Samuel Perron