Al menos 624 personas que vivían en la calle o en estructuras de alojamiento temporal murieron en 2022, una cifra estable respecto al año anterior, según un informe publicado el viernes 27 de octubre por el colectivo “Les Morts de la Rue”. Se trata de un “drama social escandaloso”, comentó el colectivo en un comunicado de prensa.
Según los datos que recogió, el 87% de estas personas eran hombres, de los cuales la mayoría vivía en la calle y durante períodos más prolongados. Estas personas sin hogar murieron «muy prematuramente»: a una edad media de 49 años, una diferencia de esperanza de vida de más de 30 años con respecto a la población general.
Tenga en cuenta que la edad media de las mujeres sin hogar que murieron en 2022 fue de 46 años, frente a los 50 años de los hombres sin hogar, mientras que las mujeres tienen una esperanza de vida mayor (85 años en 2022) que la de los hombres (79 años) en el conjunto de la población francesa. . Esta diferencia en la calle puede explicarse por “la presencia de determinadas enfermedades más frecuentes en las mujeres que en los hombres”, precisa el informe, indicando que también son hospitalizadas antes de morir con más frecuencia que los hombres. Los espacios públicos son el lugar de muerte más común, para el 34% de los hombres y el 21% de las mujeres.
Un poco más de mujeres que de hombres terminan su vida en un lugar de acogida (38% frente a 31% de los hombres), lo que también se corresponde con el hecho de que tienen más probabilidades que los hombres de estar en estructuras de alojamiento. Una de cada cinco muertes está relacionada con una muerte violenta (ataque, accidente, suicidio) y una de cada siete con una enfermedad.
El número de personas sin hogar en Francia se ha duplicado en diez años, con más de 330.000 personas según el último recuento de la Fundación Abbé Pierre en 2022. Cada vez más mujeres, familias y menores están en la calle.