El Parlamento alemán dio el viernes luz verde definitiva a la legalización del cannabis recreativo, adoptando una ley emblemática del Gobierno de Olaf Scholz, pero que es objeto de numerosas críticas. Durante una votación en el Bundestag, el texto fue adoptado por 407 votos a favor y 226 votos en contra, ratificando la legalización a partir del 1 de abril.

Este texto fue objeto de disensiones en el seno del gobierno tripartito: aparecieron resistencias dentro de los socialdemócratas (SPD, el partido de la canciller), mientras que los Verdes y los liberales del FDP, aliados del gobierno, se mostraron bastante favorables. Esta reforma también ha suscitado numerosas críticas, especialmente por parte de las asociaciones médicas y del poder judicial.

Los alemanes parecen bastante divididos sobre la cuestión: según una encuesta de YouGov publicada el viernes, el 47% de los encuestados están a favor de la legalización y el 42% en contra. Según el gobierno, la reforma debería permitir luchar más eficazmente contra el mercado negro, un punto cuestionado por la oposición conservadora, los sindicatos policiales y algunos diputados del SPD.

Con esta nueva ley, Alemania cuenta con una de las leyes más liberales de Europa, siguiendo los pasos de Malta y Luxemburgo, que legalizaron el cannabis recreativo en 2021 y 2023 respectivamente.

La normativa prevé autorizar la compra de cannabis en cantidades limitadas a través de asociaciones sin ánimo de lucro. También será posible cultivar hasta tres plantas para uso propio. Sin embargo, la posesión y consumo de esta droga seguirá estrictamente prohibida para jóvenes menores de 18 años.