El ex primer ministro y líder del partido conservador nacional, alejado de la vida política finlandesa durante siete años, el eurófilo Alexander Stubb regresó con fuerza el domingo con su elección a la presidencia de la República.

Este hombre de 55 años dirige desde hace tres años el Instituto Universitario Europeo de Florencia, Italia, tras retirarse de los asuntos públicos al no conseguir el puesto de presidente de la Comisión Europea en 2018. Inicialmente investigador en política científico, tuvo una carrera europea deslumbrante: fue asesor de la UE y luego fue elegido eurodiputado en 2004 antes de ser llamado ministro de Asuntos Exteriores a la edad de 40 años.

Fue Primer Ministro de 2014 a 2015, antes de pasar a Finanzas en un gobierno centrista. Alexander Stubb perdió la presidencia del Partido Conservador en 2016. Fue la candidatura de Finlandia a la OTAN, que siempre había apoyado, la que motivó el gran regreso de este entusiasta de la diplomacia, animado por su formación de toda la vida, el Kokoomus, un partido histórico de la derecha finlandesa cuyo líder Petteri Orpo es ahora jefe de Gobierno.

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“Cuando la patria te llama, vas”, dijo Alexander Stubb, a quien fácilmente llaman Alex, al anunciar su candidatura. “Creo que una de las tareas más importantes del próximo mandato presidencial será trabajar para preservar el sistema internacional basado en reglas”, subrayó.

Casado con un abogado inglés, este padre de dos hijos cree que Finlandia debe “ir al corazón de la OTAN”, “producir seguridad, no consumirla”. En 2014, causó polémica al participar, en pantalones cortos, en una rueda de prensa sobre la situación en Ucrania. Más tarde, atrajo la ira de los medios por disfrazarse de diana humana en un parque de diversiones.

Según él mismo admitió, uno de sus mayores errores como primer ministro fue dar luz verde a la construcción de una central nuclear en cooperación con la empresa estatal rusa Rosatom. Alexander Stubb, entusiasta del triatlón y corredor de maratones, se tomó un descanso de las competiciones para concentrarse en la carrera por la presidencia.

En el Ministerio de Asuntos Exteriores, su tiempo había cambiado los hábitos alimentarios de los servicios. Los pasteles y el café fueron sustituidos por frutas y bebidas dietéticas. Con su sonrisa y su extensa libreta de direcciones, se ha desempeñado como comentarista en medios locales e internacionales desde su retiro de la vida pública.

La invasión rusa de Ucrania le permitió recordar que en 2008 predijo que la guerra entre Rusia y Georgia marcaría un punto de inflexión en la política exterior. Además de finlandés, habla con fluidez sueco, inglés, francés y alemán. Estudió en el College of Europe de Bélgica, la London School of Economics, la Furman University (Carolina del Sur) de Estados Unidos y la Universidad Panthéon-Sorbonne de París.