Le Figaro Burdeos
Para las hijas de las víctimas, la teoría de un romance entre su vecino y su madre no es más que una mentira. Acusado del doble asesinato de Sylvianne y Jean-Claude Muller la noche del 14 al 15 de diciembre de 2019, David D. confesó sin embargo haber cometido un crimen pasional mientras se encontraba bajo custodia policial. Una reconstrucción judicial, en el lugar del crimen, deberá confrontarlo con sus declaraciones del jueves.
«Es la confrontación del horror con la realidad, de su versión con la realidad judicial de elementos concretos», reacciona el maestro Arnaud Dupin, abogado de las hijas de las víctimas, para quien la hipótesis de esta conexión es también «una aberración» respecto a al archivo. David D., cuyo ADN fue encontrado bajo las uñas de su supuesta amante, es sospechoso de haber quitado la vida al matrimonio Muller con la mayor barbarie. Encontradas por Margaux Muller, la más joven de la pareja, las víctimas habían sido escenificadas en su lecho conyugal, desnudas y bañadas en su sangre. Las autopsias revelaron que habían intentado defenderse y que Sylviane Muller había sido violada con un objeto.
Una violación por la que David D., puesto en prisión preventiva tras su detención policial en noviembre, tendrá que dar explicaciones. Si Sylvianne Muller era su amante, ¿por qué le cortaste los senos además de esta violación? ¿Cómo justificar que según varias fuentes que lo corroboran buscara en Internet palabras clave destinadas a conocer cómo someter a una mujer a abuso sexual? ¿Por qué se encontraron fotos de las hijas de la pareja Muller en sus dispositivos digitales durante las investigaciones cuando su familia no era amiga de la suya?
Según los primeros elementos de la investigación, David D. atravesaba un período de “desierto sexual” en los momentos materiales. Según una fuente cercana al expediente de Le Figaro, la escena del crimen revela indicios que sugieren la realización de la “fantasía” de una persona desequilibrada. Peritajes psicológicos y psiquiátricos, así como una comisión rogatoria sobre su personalidad, sus relaciones con su esposa y las que ha mantenido con otras mujeres desde su divorcio, que aún no han sido ordenadas por la investigación según nuestra información, podrían ayudar a determinar esto. .
Con derecho a asistir a esta reconstitución judicial, Margaux Müller optó por abstenerse, a diferencia de su hermana mayor. “Va a hablar mierda, no podemos obligarlo a decir la verdad. ¿Qué sentido tiene volver a ver la escena del crimen de mis padres muertos cuando ya estoy traumatizado? No es un baile de fin de curso”, confiesa el estudiante a Le Figaro. Profundamente convencida de la culpa de su vecino – a sus ojos confusa por las huellas de su ADN bajo las uñas de su madre – la joven juzga que «es un monstruo».
David D., presumido inocente hasta el juicio, sigue siendo objeto de un procedimiento de investigación que aún no ha concluido.