El número de muertos por el terremoto ocurrido el lunes en China, el más mortífero en casi diez años, ascendió a 148 muertos el viernes 22 de diciembre, según los medios estatales, mientras las autoridades se centran ahora en realojar a miles de desplazados.
El terremoto, que se produjo poco antes de la medianoche del lunes a unos 1.300 kilómetros al suroeste de Pekín, mató al menos a 117 personas en la provincia de Gansu y a 31 en la vecina provincia de Qinghai, según la agencia de prensa oficial china Xinhua.
En ambas provincias, más de 139.000 personas se refugian en refugios de emergencia bajo un frío glacial, según la emisora estatal CCTV, que informó que los esfuerzos de socorro en Gansu ahora están «reorientando su trabajo exclusivamente al realojamiento de las personas desplazadas y a la atención de los heridos». . Sin embargo, los rescatistas seguían buscando víctimas atrapadas bajo los escombros en Qinghai el viernes por la mañana, según CCTV.
En esta provincia, personas fueron sepultadas vivas el martes en el condado de Zhongchuan por un “volcán de arena”, un fenómeno de licuefacción del suelo bajo el efecto de un terremoto. Casi 1.000 personas resultaron heridas en un terremoto de magnitud 5,9, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Desde entonces se han registrado decenas de réplicas.
Este terremoto es el más mortífero en China desde 2014, cuando más de 600 personas murieron en la provincia de Yunnan (suroeste).