Como resultado de los conflictos, las crisis económicas y los desastres climáticos, la inseguridad alimentaria ha empeorado en todo el mundo en 2022, con 258 millones de personas necesitadas de asistencia alimentaria de emergencia frente a los 193 millones del año pasado, alertaron este miércoles varias agencias de la ONU. “Esta séptima edición del Informe mundial sobre crisis alimentarias es una mordaz observación del fracaso de la humanidad en avanzar hacia la eliminación del hambre, el objetivo de desarrollo sostenible número 2” de la ONU, lamentó el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres. , en la introducción de este informe.
La inseguridad alimentaria aguda avanza «por cuarto año consecutivo», con millones de personas «que padecen un hambre tan severa que amenaza directamente sus vidas», subrayan los 17 actores de esta red, que agrupa a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Alimentación. Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) o la Unión Europea. El informe incluye cinco países más que el anterior, o 58 países, lo que ayuda a impulsar las cifras.
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La inseguridad alimentaria aguda “permanece en un nivel inaceptable”, particularmente en la República Democrática del Congo, Etiopía, Afganistán, Nigeria e incluso Yemen, destaca el informe. “El conflicto sigue siendo el principal impulsor de las crisis alimentarias”, dice la FAO en un resumen del informe, pero los shocks económicos, vinculados a la pandemia de Covid-19 y las repercusiones de la guerra en Ucrania, pesaron más en algunos países en 2022.
Los fenómenos meteorológicos extremos vinculados al cambio climático, como la histórica sequía en el Cuerno de África o las devastadoras inundaciones en Pakistán, también son causas importantes del empeoramiento de esta inseguridad alimentaria.