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En este partido particularmente defensivo, mostró una intensidad poco común. Regularmente venía a defender con dos sobre Saka, pero también detrás de su defensa como esta salida de Havertz (59º). Su tarjeta amarilla por antijuego se sintió bien porque Odegaard había abierto espacio en el centro del juego (55º). Habiendo tenido dificultades en el partido de ida, hoy mostró su mejor nivel de juego.

Todo lo que tenía que hacer se ejecutó a la perfección. Sus centros en la primera parte no encontraron receptores pero todos estuvieron bien destilados como sus saques de esquina. Su centro a la cabeza de Garetzka acabó en el larguero (46º), y finalmente fue su propio cabezazo el que abrió el marcador (63º). Defensivamente, Martinelli nunca lo abandonó. Impide hábilmente que Havertz lance un contraataque en el tiempo añadido (91º).

Su velocidad le permitió volver a realizar contraataques peligrosos (61º), pero también lanzar al Bayern en ataque. Asiste magníficamente a Mazraoui en el primer tiempo, que podría haber abierto el marcador (21º) si Ben White no hubiera regresado. Su tacón de tacón para lanzar a Musiala (81º) es una maravilla. Su disparo al poste (47º) podría haberle permitido ser decisivo, pero al final será su centro preciso a la cabeza de Kimmich lo que cambiará el curso del partido (63º).

Casi todas las acciones de Inglaterra pasaron por sus pies. En el primer tiempo lo intenta y casi engaña a Neuer (28º) antes de servir perfectamente a Martinelli (31º). En la segunda parte fue él quien volvió a dirigir el juego. Si Laimer no lo detiene (53º), el partido está abierto. Es él quien vuelve a hacer vibrar el Allianz Arena al final del partido con otro disparo bloqueado en el área (87º).

Fue una clase magistral defensiva ofrecida por el técnico del Bayern de Múnich. Apoyando el papel defensivo de su dúo Goretzka-Laimer, bloqueó completamente las ofensivas de Saka y Martinelli, que fueron peligrosos en el partido de ida. El Bayern rara vez se preocupaba por sus opciones. Su decisión de alinear un ala izquierda compuesta por Mazraoui y Guerreiro en lugar de Mathys Tel también resultó ser una elección acertada.

fracasos

Su control fallido en el minuto 59, sus duelos perdidos contra Dier y Laimer (55 y 59) fueron los raros momentos del partido en los que las cámaras se interesaron por el veloz atacante. Aparte de su útil colocación defensiva con Odegaard para bloquear el eje, no aportó absolutamente nada en ofensiva. Un partido perdido para el número 29.

El primero rara vez destacó su regate, mientras que el segundo fue la prioridad de la defensa Saliba-Gabriel. Sus raros disparos resultaron inofensivos. Ambos jugadores estarán satisfechos con la clasificación para borrar esta mala actuación.