El presidente de Benin, Patrice Talon, ha ordenado una investigación tras los atentados que mataron a quince personas en el norte del país, anunció el Gobierno, que denunció actos «criminales».

Las autoridades beninesas se comunican muy raramente sobre los ataques que afectan a la zona norte del país, donde el ejército intenta repeler las incursiones de grupos yihadistas establecidos en particular en su vecina Burkina Faso.

Según fuentes locales y de seguridad contactadas por AFP, siete aldeanos de la localidad de Kerou fueron degollados por hombres armados la noche del lunes 1 al martes 2 de mayo, y muchos otros desaparecieron tras esta ofensiva. Al día siguiente, fue la comuna de Banikoara, todavía en el norte, la que fue atacada y donde murieron 3 civiles, siempre según estas fuentes.

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El miércoles, durante una rueda de prensa, el portavoz del gobierno, Wilfried Houngbedji, ofreció, en nombre del presidente, sus condolencias a las «familias en duelo» tras «esta tragedia». No dio detalles de los ataques, pero dijo: «Cuando estos criminales tratan de instalarse y no lo logran porque hay una respuesta (…) de las fuerzas de defensa y seguridad, trabajan para desmoralizar a las poblaciones, llevando realizar operaciones de represalia de esta naturaleza, también macabras”.

Quieren «conmocionar a la gente y hacerles creer que la respuesta de seguridad no está a la altura y que solo se salvarán si se unen a su causa», agregó. Posteriormente confirmó a la AFP que unas 15 personas habían muerto.

“Esta tragedia nos muestra que es un desafío permanente”, declaró durante la conferencia de prensa, deplorando que “una brecha en la cadena de operaciones” impidió que las fuerzas de seguridad se desplegaran “preventivamente”. Así, “el presidente pidió que se realice una misión de investigación sobre el terreno para evaluar las circunstancias reales de la ocurrencia de esta tragedia”, agregó.

Las regiones del norte de Benin, Togo y Ghana están sujetas a ataques e incursiones de grupos yihadistas que prosperan en el Sahel, particularmente en Burkina Faso, y buscan moverse hacia el sur. Togo afirmó recientemente que alrededor de 100 civiles y 40 soldados habían muerto desde los primeros ataques yihadistas a finales de 2021.