No va a Viterbo, Silvio Berlusconi. No asistir a la celebración de Antonio Tajani, dominado este año por las divisiones internas y, en particular, de las tensiones entre el ex presidente del Parlamento europeo y Mara Carfagna. Bloqueados «por el mal tiempo»: el helicóptero de el Caballero – explicar de Forza Italia – fue obligado a permanecer en el aeropuerto.

Berlusconi, sin embargo, no ha dado hasta en el teléfono de intervención. Y era más bien tranchant vis-à-vis su aliado es reacio, Matteo Salvini, y también Matteo Renzi, cuyo sirenas les gustaría atraer a los desertores de la azul.