Un periodista que trabajaba para un diario nacional ruso fue condenado este jueves a tres años de prisión en Bielorrusia por un artículo en el que mencionaba a los servicios de seguridad bielorrusos (KGB), medios de comunicación estatales en esta ex república soviética, aliado de Rusia. El periodista Gennady Mojeiko fue declarado culpable de insultar al presidente bielorruso Alexander Lukashenko, así como de incitar a la discordia nacional y social, según la agencia oficial de noticias BELTA.

Corresponsal en Minsk del diario ruso pro-Kremlin Komsomolskaya Pravda, Mojeiko publicó un artículo en 2021 sobre un tiroteo que involucró a la KGB local y a un especialista en tecnología de la información, que murió, en la capital bielorrusa. El periodista citó en particular a un compañero de clase del informático, quien le presentó de manera favorable una publicación que le valió a su autor en su momento una acusación de “intento de blanqueo de capitales a favor de un delincuente”. En octubre de 2021, se cerró la oficina del periódico en Minsk. Según la policía bielorrusa, el Sr. Mojeïko fue detenido tras ser extraditado de Rusia, adonde había llegado con la esperanza de partir hacia un tercer país.

Bielorrusia, gobernada con puño de hierro por Alexander Lukashenko desde 1994, en los últimos años ha obligado a la mayoría de los medios a abandonar el país, mientras que muchos periodistas independientes han sido condenados a duras penas de prisión. La condena del Sr. Mojeïko se produce menos de una semana después del anuncio del veredicto en Minsk contra dos líderes del sitio de información independiente Tut.by, que fueron condenados a 12 años de prisión, en plena ola de represión orquestada por el régimen bielorruso.

A principios de febrero, un periodista y activista de la minoría polaca fue condenado en Bielorrusia a ocho años de prisión. Alexander Lukashenko fue reelegido en 2020 después de una elección presidencial considerada fraudulenta, que había empujado a decenas de miles de manifestantes a las calles. Las detenciones masivas, los exilios forzados y el encarcelamiento de activistas y periodistas han roto este movimiento. Según el centro de derechos humanos bielorruso Viasna, el país tiene actualmente más de 1.400 presos políticos.