Para su 25º aniversario, ELEKTRA celebra la ocasión con la 7ª Bienal Internacional de Arte Digital (BIAN) ofreciendo respuestas a la desinformación y los deepfakes que desafían la realidad de nuestras sociedades. Y para ello, no escapa a la presencia de la inteligencia artificial (IA) que interfiere en las obras como herramienta… o como colaboradora del artista.
Sobre el tema Ilusión, el curador Alain Thibault, también director general y artístico de ELEKTRA, desea involucrar a los visitantes en una reflexión sobre lo verdadero y lo falso de nuestras sociedades cada vez más impregnadas de tecnologías, incluida la IA.
Si la IA se utiliza de forma exponencial en nuestra vida cotidiana desde hace dos años, también influye en las creaciones artísticas. Este nuevo desafío es claramente visible en las 41 obras ubicadas en la confluencia de las artes visuales y digitales de los 36 artistas expuestos en las sedes del Arsenal Contemporary Art Montreal.
Y se trata entonces de preguntarnos cuál es el lugar del arte digital en relación a estas cuestiones. ¿Dónde está posicionado?
El arte tiene un papel que desempeñar en la forma en que percibimos las nuevas tecnologías. Y este es el tour de force de BIAN que ayuda a dar forma a nuestra visión de manera diferente: las obras a menudo desafían los límites de la IA, encuentran fallas técnicas y desarrollan su propio modelo.
Los proyectos de esta edición ofrecen una visión alejada del pesimismo o la distopía, muchas veces asociada a la IA. “Si elijo la ilusión es para abordar la creación con herramientas de inteligencia artificial. Los artistas los desvían, aprovechan los defectos, a diferencia de Silicon Valley, que intenta eliminarlos”, explica Alain Thibault.
AI dialoga ahora con los artistas para desarrollar sus obras y el BIAN lo demostró integrando en la exposición la fotografía que ha suscitado polémica sobre los derechos de autor, El electricista, de Boris Eldagsen.
Otras producciones dan testimonio de estos vínculos entre AI y el artista. En la instalación de Voice Scroll, David Rokeby entrenó una IA para alcanzar su potencial más allá de cómo la usamos actualmente: “Pensamos en ChatGPT como algo sobre lo que podemos hacer preguntas. Pero, de hecho, al hacer preguntas, navegamos por un campo de posibilidades. En el caso de esta pieza, utilizamos nuestra voz para navegar por ese campo de posibilidades. »
La IA genera imágenes panorámicas en función de lo que la audiencia pregunta al micrófono. Durante la visita de prensa, el propio artista lo probó: “Taylor Swift en concierto”, “Plátanos, manzanas y pan sobre una mesa al estilo de Pablo Picasso”… la inspiración del momento llevó a la creación de visuales.
Los visitantes también entran “en discusión” con la IA en la obra Un diálogo monocular de Louis-Philippe Demers. Un robot tuerto, seductor, inquietante e irónico, mira fijamente a la persona que se sienta frente a él.
Vídeos, artes sonoras, robótica, morphing, 3D… Las producciones mezclan varias tecnologías actuales y la IA se utiliza en ocasiones de forma más sutil en determinados proyectos, aunque sigue presente.
Es una de las muchas herramientas utilizadas en Communicating Vases, de Nicolas Baier. La obra proporciona una visión ambigua de los entornos construidos detallados, entre lo que podría representar el pasado y el futuro.
Dos creaciones, entre otras, provocan una experiencia auditiva: la instalación monumental claramente visible en la entrada de la exposición, Organism Excitable Chaos, de Navid Navab y Garnet Willis, donde un robot registra un órgano. Meeting Philip de Eric Vernhes utiliza una grabadora para mostrar y escuchar una rica composición audiovisual basada en la grabación de la conferencia de Philip K. Dick sobre el multiverso.
“Tenemos suerte de contar con un grupo de artistas con mucho talento”, afirma Alain Thibault, que recuerda que la BIAN invita a menudo a un país para sus ediciones. Esta vez, Montreal sería ese “país invitado”.
El público reconocerá el trabajo de Adam Basanta, Kent Monkman, Baron Lanteigne, entre otros. Descubrirá a Chun Hua Catherine Dong, que ofrece una experiencia de realidad aumentada a través de Skin Deep.
También hará grandes descubrimientos, entre ellos Veillance2 del artista Louis-Philippe Rondeau, profesor de la Escuela de Artes Digitales, Animación y Diseño de la Universidad de Quebec en Chicoutimi. El trabajo produce un escaneo de cada persona participante y los inventaria. En colaboración o no con otro voluntario, el retrato se deforma según los movimientos realizados durante el escaneo.
Interactividad, inmersión, vídeos, artes sonoras… En definitiva, la exposición puede parecer a primera vista hermética para el novato, pero hay que tomarse el tiempo para comprender en profundidad cada proyecto. Y a partir de ahí, una experiencia muy enriquecedora está más que garantizada.