En Roland Garros, Tony Yoka admitió su tercera derrota en la categoría de peso pesado el sábado por la noche ante el belga Ryad Mehry. Un nuevo fracaso que inevitablemente pesa sobre sus ambiciones de conquistar el cinturón mundial del francés, que suma ya 11 victorias, 9 de ellas antes del límite, por tres derrotas, por puntos.
En el ring, el campeón olímpico de Río 2016 mostró un preocupante desamparo y no mostró ningún progreso después de haber sido derrotado en los últimos meses por Martin Bakolé y luego por Carlos Takam. Dos contratiempos que le empujaron a rodearse de un nuevo entrenador, Don Charles.
Yoka habló muy brevemente sobre el resto de su carrera ante el micrófono del Canal luego de la pelea que creía haber ganado. “Había mucha presión en torno a esta pelea con un nuevo entrenador y un nuevo equipo. Me dije a mí mismo que íbamos a hacer lo suficiente para ganar y realmente pensé que ya había hecho lo suficiente. (…) Hubo tantos cambios… Nuestro objetivo era la victoria, aunque no fuera una victoria muy grande, para seguir adelante. No sé ni qué decir”, murmuró el campeón antes de soltarse: “Vamos a hablar con mi equipo, no creo que esa sea la pregunta que deba hacerse ahora”.
A sus 31 años, Tony Yoka sigue siendo un peso pesado joven ya que la madurez en esta categoría se produce alrededor de los 35 años. Todavía le queda una pelea por disputar con Canal que podría poner punto y final a su compromiso con el francés, a años luz de conseguir una oportunidad por un cinturón mundial.