A petición de las autoridades alemanas, la policía portuguesa prevé realizar nuevas excavaciones en los próximos días cerca del lugar donde desapareció la niña británica Madeleine McCann en 2007 en el sur de Portugal, confirmó este lunes por la noche la policía judicial.
La policía portuguesa continúa «medidas para esclarecer» la «desaparición de una niña británica ocurrida en 2007, en el Algarve» (sur), indica una nota de prensa de la PJ.
«En el marco de la cooperación internacional, en los próximos días se realizarán nuevas excavaciones, a petición de las autoridades alemanas», especifican los investigadores portugueses, y añaden que serán «coordinadas por la policía judicial y se realizarán en el presencia de las autoridades españolas».
Los investigadores portugueses confirman así la información difundida este lunes por la mañana por los medios locales. Según imágenes de televisión, este lunes se delimitó un perímetro en torno a una presa situada a unos cincuenta kilómetros del lugar donde desapareció “Maddie” en 2007, antes del inicio de las excavaciones el martes. Según varios medios locales, los buzos ya habían peinado esta zona en 2008, pero solo habían encontrado restos de animales.
La fiscalía portuguesa anunció el año pasado la acusación, a petición suya, de un sospechoso en Alemania, en el marco de la investigación realizada en cooperación con las autoridades inglesas y alemanas.
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Según la justicia alemana, se trata de Christian Brueckner, un pedófilo reincidente que vivió varios años en el sur de Portugal. Este hombre, que cumple condena en prisión por la violación de una estadounidense de 72 años en 2005 en Portugal, ya había sido identificado por investigadores alemanes en 2020 como el principal sospechoso del asesinato de la niña británica. Y, según el semanario portugués Expresso, solía pasar cerca de la presa de Arade, ubicada en el municipio de Silves.
Madeleine McCann, que entonces tenía casi cuatro años, desapareció de su habitación en el complejo hotelero de Praia da Luz, un pequeño balneario de la región del Algarve, el 3 de mayo de 2007 mientras sus padres cenaban con unos amigos en un restaurante vecino.
La policía portuguesa cerró la investigación en 2008 después de 14 meses de investigaciones controvertidas, marcadas en particular por la acusación de los padres de la niña, que luego fueron absueltos. Después de pasar dos años estudiando el caso, el Reino Unido abrió oficialmente su propia investigación en julio de 2013. Las autoridades portuguesas reabrieron el caso poco después.