(Santiago de Chile) El frente de lluvia que mantiene a Chile en alerta desde el miércoles, dejando un muerto y más de 6.000 víctimas a su paso, según un último informe de las autoridades el jueves por la noche, abandonó el país y se trasladó a la vecina Argentina.

Las intensas lluvias acompañadas de violentos vientos dejaron 6.392 damnificados, principalmente en la región del Biobío, en el sur del país, 600 kilómetros al sur de Santiago, según el último boletín del Servicio Nacional de Prevención y Atención de Desastres (Senapred).

La ministra del Interior, Carolina Toha, indicó que «lo peor de este sistema frontal ya quedó atrás» y por ello se han levantado los avisos meteorológicos, «pero no podemos bajar la guardia».

Luego de poco más de 24 horas de lluvias, «ha pasado lo peor del sistema frontal en las regiones de Coquimbo, Metropolitana, Valparaíso y O’Higgins», anunció más temprano el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, quien agregó que «el 80% de este sistema frontal ya salió Chile y se encuentra en territorio argentino”.

El nivel más alto de alerta pública (alarma climática) se activó el miércoles por lluvias y vientos inusualmente fuertes en seis de las 16 regiones del país: Valparaíso y Metropolitana, al centro, O’Higgins, Ñuble y Biobío, al sur, y Coquimbo, al norte, que al final prácticamente no se vio afectado.

La ministra Carolina Tohá anunció el estado de “catástrofe” en cinco de esas seis regiones con el fin de facilitar ayudas de emergencia y visitó Curanilahue, en la región del Biobío, la ciudad más afectada por el desbordamiento de dos ríos.  

Unas 2.000 viviendas se vieron afectadas por las inundaciones en la zona, donde el ministro visitó los centros de acogida de víctimas de la catástrofe.

“Necesitamos lanchas para evacuar a la gente”, aseguró un vecino de Curanilahue a la televisión nacional.

En el BioBio cayeron 182 mm de lluvia en las últimas 24 horas, 55 mm en el Área Metropolitana de Santiago y 67 mm en Valparaíso.

En la ciudad sureña de Linares se registró una muerte tras la “caída de un poste de alumbrado público”.

El frente estuvo acompañado por un «río atmosférico», una estrecha franja en la atmósfera que transporta enormes cantidades de humedad apta para precipitaciones, indicó el servicio meteorológico, que calificó la intensidad del fenómeno entre cuatro y cinco en una escala de cinco.

En Santiago hace dos décadas que no se registra una alerta de este nivel, según las autoridades. El centro del país sufre una grave sequía desde hace unos quince años.

La lluvia continuó cayendo por la tarde en la capital, donde la mayoría de los habitantes permanecían enclaustrados en sus casas. Se han registrado inundaciones en algunas zonas periféricas y se espera que caigan un total de 80 mm de lluvia, la misma cantidad que durante todo el mes de junio.

Unos 14 millones de personas viven en las cinco regiones en estado de “catástrofe” de las 16 del país de 20 millones de habitantes.

Las autoridades habían decretado la suspensión total de las clases en las escuelas de la capital y de las otras cuatro regiones afectadas del país, y pidieron a la población que limitara los viajes.

En la localidad de Viña del Mar, a 110 kilómetros de Santiago, las autoridades están en alerta por el riesgo de derrumbe de un edificio de 12 pisos y 200 departamentos en el sector de Reñaca. Las lluvias del fin de semana provocaron un socavón de 50 pies de ancho y 100 pies de profundidad debajo del edificio.