(Ginebra) Varias organizaciones de derechos humanos pidieron a las Naciones Unidas que actúen el jueves, casi dos años después de la publicación de un informe explosivo que detalla numerosas violaciones en la región china de Xinjiang.

“Se espera que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, proporcione públicamente una actualización sobre las medidas adoptadas por el gobierno chino y su oficina para abordar la situación de los derechos humanos en Xinjiang”, dijeron cuatro importantes organizaciones en un comunicado.

“La continua falta de seguimiento público por parte del Alto Comisionado de las atrocidades documentadas por su propia oficina corre el riesgo de socavar la confianza depositada en él por las víctimas y los supervivientes”, advierten Human Rights Watch, Amnistía Internacional, el Servicio Internacional para los Derechos Humanos y el Congreso Mundial Uigur. .

Estas observaciones se producen casi dos años después de la publicación en agosto de 2022 por Michelle Bachelet, que precedió a Türk en su cargo, de un informe que evoca posibles “crímenes contra la humanidad” en Xinjiang.

El informe, categóricamente rechazado por China, enumeraba una serie de violaciones de derechos humanos cometidas contra los uigures y otras minorías musulmanas en Xinjiang, exigiendo “atención urgente” del mundo.

Publicado minutos antes del final del mandato de Bachelet, destacó acusaciones “creíbles” de tortura generalizada, detenciones arbitrarias y violaciones de los derechos religiosos y reproductivos.

Esto hizo que la ONU respaldara las acusaciones de larga data de que Beijing había detenido a más de un millón de uigures y otros musulmanes en campos de reeducación.

Fue “un momento clave para resaltar la gravedad de las violaciones de derechos humanos en Xinjiang”, afirmó Elaine Pearson, directora para Asia de Human Rights Watch, citada en el comunicado de prensa.

 “Ahora corresponde al Alto Comisionado de la ONU aprovechar plenamente este informe para mejorar la situación de los uigures y otros musulmanes turcos en Xinjiang”, añade.

Las organizaciones de derechos humanos recuerdan que Turk se declaró “muy decidido” a intervenir “personalmente” ante las autoridades chinas en cuestiones que afectan a los derechos humanos, también en Xinjiang.

Pero se quejan de no haberle visto nunca proporcionar “modalidades para su intervención ante el gobierno” ni “ninguna actualización sustancial sobre la situación en Xinjiang, ni una evaluación por parte de su oficina de la aplicación de las recomendaciones del informe”.

Al mismo tiempo, creen que Beijing “siguió encarcelando arbitrariamente a cientos de miles de uigures” como parte de su represión.

 “Casi dos años después, es imperativo que él (Türk, nota del editor) y su oficina proporcionen detalles de sus esfuerzos para prevenir crímenes contra la humanidad y otras violaciones de derechos, y exijan que se rindan cuentas”.

Las organizaciones que firman la declaración también creen que la ONU no logró que el informe fuera ampliamente accesible al publicarlo únicamente en inglés. Para intentar remediarlo, presentaron el jueves su propia traducción a los otros cinco idiomas oficiales de la ONU: árabe, francés, ruso, español y chino.