(San Francisco) Apple devrait saisir l’occasion de sa conférence annuelle destinée aux développeurs, qui débute lundi, pour montrer comment il intègre l’intelligence artificielle (IA) à ses produits et pour essayer de rattraper ses grands concurrents, beaucoup plus avancés dans el dominio.

Desde el lanzamiento de ChatGPT, la interfaz de IA generativa de OpenAI, en noviembre de 2022, Microsoft, Google, Amazon y Meta han trabajado duro para implementar esta tecnología en sus ofertas.

Si la inteligencia artificial ya lleva muchos años muy presente en sus iPhone, iPad o Mac, Apple no ha hecho ningún anuncio concreto hasta el momento, posponiendo para más adelante posibles nuevos desarrollos en IA.

Durante la presentación de los últimos resultados del grupo a principios de mayo, el director general, Tim Cook, mencionó anuncios que se producirían en las próximas semanas, sin más detalles.

Por tanto, la conferencia anual de desarrolladores (WWDC), que se celebra de lunes a viernes, “representa el evento más importante para Apple en una década con, de fondo, la presión de presentar a desarrolladores y consumidores un paquete de IA generativa”, afirma Dan Ives, analista de Wedbush Securities.

Muchos, incluido este último, esperan que la empresa Apple presente una nueva versión de su sistema operativo iOS, la 18ª, impulsada por inteligencia artificial.

Según varios medios estadounidenses, Apple ya se había asociado con OpenAI, lo que le permitirá utilizar los modelos lingüísticos de la start-up, estas gigantescas bases de datos que permiten responder a una pregunta formulada en el lenguaje cotidiano.

Para Carolina Milanesi, analista de Creative Strategies, estas mejoras y nuevas características deberían ayudar a reforzar el atractivo de los productos de la marca, en primer lugar el iPhone.

“El objetivo de Apple es conseguir que la gente reemplace su iPhone”, insiste el analista. “Veremos si Apple les da razones suficientes para hacerlo. »

“El momento es crucial para Apple”, insiste Gadjo Sevilla, analista de Emarketer, para quien la comunicación de la WWDC es una “prueba de fuego” de la capacidad del grupo de Cupertino (California) para monetizar la IA generativa como ya lo han hecho Google y especialmente Microsoft.

Este nuevo desafío surge cuando Apple intenta reconectar con su leyenda, la de una empresa acostumbrada a lanzar productos y servicios que pueden provocar una ruptura en los hábitos de consumo, desde el Macintosh hasta el iPhone, pasando por el iPod.

Dio un primer giro significativo en febrero con la presentación de su casco de realidad “mixta” (virtual y aumentada) “Vision Pro”.

Sin embargo, en su versión actual, se trata de un producto de gama alta (3.499 dólares por unidad), que sólo está dirigido a una parte limitada del público tradicional de Apple.

Además del liderazgo tomado por sus competidores, esta búsqueda de nuevos éxitos se vuelve más urgente para Apple por la caída de las ventas de iPhone, que cayeron un 10% interanual en el primer trimestre de 2024.

Con la IA generativa, el grupo tecnológico invierte, además de en los propios dispositivos, en su actividad de servicios, que se ha convertido en el alma del crecimiento de Apple.

Según Canalys, el 16% de los teléfonos inteligentes enviados este año estarán equipados con funciones de inteligencia artificial generativa, una proporción que se espera que aumente al 54% en 2028.

Algunos analistas señalan la cuestión del uso de datos personales, esenciales para la IA generativa, pero con respecto a los cuales el grupo siempre ha sido protector e intransigente, hasta el punto de convertirlo en una de las razones de su popularidad.

“Querer controlar demasiado el ecosistema de la IA haría que Apple perdiera terreno”, advierte Gadjo Sevilla.